Misterios y enigmas del pasado
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Re: Misterios y enigmas del pasado
Y lo que seguiran construyendo por ahi a escondidas,por que estos no han dejado de existir y de seguro que en algun sitio tendran montado un chiringuito para seguir experimentando.
Re: Misterios y enigmas del pasado
LÍNEAS DE NAZCA
Todo comenzó en 1.927 cuando un famoso arqueologo llamdo Mejia Xespe, fue informado sobre la presencia de unos misteriosos jeroglificos o lineas trazadas sobre el suelo de la costa peruana. A pesar de lo interesante que era el tema, no se le dedicó mayor atención que el de clasificar el descubrimiento para su posterior estudio.
Pero fue ese mismo año, que llegó a Perú otro investigador, el doctor Paul Kosok, quien se mostró muy atraído por estas expresiones precolombinas, cuando en uno de sus primeros recorridos por el sur del país, al detenerse en lo alto de una meseta, pudo observar extensas líneas multiformes en ambos lados de la carretera, cerca de las montañas.
Grande fue su asombro cuando Kosok, el mismo día del descubrimiento, al proyectar los trazos en su tablero de aquellos supuestos caminos, pudo ver que uno de los dibujos adquiría la forma inconfundible de un pájaro en pleno vuelo.
Pero ¿había encontrado la llave del enigma? Kosok entendió que se hallaba silenciosamente esparcido en estos dibujos lo que podía constituir el Libro de Astronomía más Grande del Mundo.
Estas misteriosas líneas, se extienden en un perímetro de 50 kilómetros de longitud y 15 kilómetros de ancho, y en este citado perímetro están comprendidas cuatro pampas: Palpa, Ingeni, Nazca y Socos, localizadas entre los kilómetros 419 y 465 de la carretera Panamericana Sur. El suelo de aquella región, que además es una de las más secas y deserticas del mundo, es de color marrón, pero bajo esta primera capa se esconde otra de color amarillo, asi que cuando se camina por aquellos lugares una pisada deja una extraña y duradera mancha blanca que no deja de ser misteriosamente inquietante.
En 1946, Kosok regresó a su país no sin antes sugerir a María Reiche, que le había asistido en las investigaciones, continuar con el estudio de los dibujos que él había empezado a descifrar.
Todo comenzó en 1.927 cuando un famoso arqueologo llamdo Mejia Xespe, fue informado sobre la presencia de unos misteriosos jeroglificos o lineas trazadas sobre el suelo de la costa peruana. A pesar de lo interesante que era el tema, no se le dedicó mayor atención que el de clasificar el descubrimiento para su posterior estudio.
Pero fue ese mismo año, que llegó a Perú otro investigador, el doctor Paul Kosok, quien se mostró muy atraído por estas expresiones precolombinas, cuando en uno de sus primeros recorridos por el sur del país, al detenerse en lo alto de una meseta, pudo observar extensas líneas multiformes en ambos lados de la carretera, cerca de las montañas.
Grande fue su asombro cuando Kosok, el mismo día del descubrimiento, al proyectar los trazos en su tablero de aquellos supuestos caminos, pudo ver que uno de los dibujos adquiría la forma inconfundible de un pájaro en pleno vuelo.
Pero ¿había encontrado la llave del enigma? Kosok entendió que se hallaba silenciosamente esparcido en estos dibujos lo que podía constituir el Libro de Astronomía más Grande del Mundo.
Estas misteriosas líneas, se extienden en un perímetro de 50 kilómetros de longitud y 15 kilómetros de ancho, y en este citado perímetro están comprendidas cuatro pampas: Palpa, Ingeni, Nazca y Socos, localizadas entre los kilómetros 419 y 465 de la carretera Panamericana Sur. El suelo de aquella región, que además es una de las más secas y deserticas del mundo, es de color marrón, pero bajo esta primera capa se esconde otra de color amarillo, asi que cuando se camina por aquellos lugares una pisada deja una extraña y duradera mancha blanca que no deja de ser misteriosamente inquietante.
En 1946, Kosok regresó a su país no sin antes sugerir a María Reiche, que le había asistido en las investigaciones, continuar con el estudio de los dibujos que él había empezado a descifrar.
- Spoiler:
- María dedicaría su vida a esa labor. Según M. Reiche suman más de treinta los geoglifos hasta hoy encontrados en las Pampas de Nazca. Se trata de animales marinos y terrestres, figuras geométricas y humanas.
Entre los geoglifos de mayor tamaño están un pájaro de casi 300 m, un lagarto de 180 m, un pelícano de 135 m, un cóndor de 135 m, un mono de 135 m
y una araña de 42 metros.
Estas dimensiones son motivo de admiración. Reiche comenta que "hay un ave tan grande que uno puede colocarse en la punta de una de sus alas y no se puede ver ni la cabeza, ni la otra ala, sólo es posible percibir unas pocas líneas sobre el suelo, se tendría que sobrevolar el área para poder apreciarla en su conjunto". Por el contrario, la figura más pequeña encontrada hasta el momento es un espiral que tiene un diámetro de 3 metros.
Entre los diseños de los animales que se perciben en Nazca figuran: una ballena,
un perro con patas y cola largas.
dos llamas, diversas aves como la garza, la grulla, el pelícano, la gaviota, el colibrí y el loro. En la categoría de reptiles, un lagarto,
que fue cortado al construirse la Panamericana Sur, una iguana y una serpiente. Por otro lado se encuentran las imponentes figuras del mono, la araña y el caracol, entre otros.
LOS MISTERIOS
Han surgido multitud de conjeturas. Muchas razonadas antropológica e históricamente hablando, otras bordeando la ficción como la de Von Daniken, quien en su libro "La respuesta de los dioses", llega a afirmar que se podia tratar de señales y pistas de aterrizaje para naves extraterrestres.
Lo que si es cierto es que muchos siglos antes del surgimiento del Imperio Inca, se construyeron y realizaron las misteriosas líneas de Nazca.
Las atrevidas teorías de Von Daniken, han dado pie a otras derivadas de la inicial ya que algunos estudiosos han creido ver la figura de un hombre volando, y aquí comienza el ciclo de elucubraciones sobre los astronautas. Y eso quizá sea una traspolación de viejas leyendas del lugar que nos hablan de unos misteriosos y diabólicos hombres lechuza. Ya que en este aspecto, a parte de raras y enigmáticas leyendas populares se tienen pruebas palpables debido a la ceramica Nazca.
Pero M. Reiche, las define como el extraño testimonio y legado de las antiguas culturas peruanas: "Las líneas de las Pampas de Nazca son nada menos que una historia documental de la ciencia y de los hombres de ciencia del Perú prehispánico. En ella se encuentra registrada una tradición científica en donde los antiguos peruanos desarrollaron un abecedario para anotar los más importantes acontecimientos astronómicos de aquellos días. Las Pampas de Nazca son las páginas de un libro escrito con este extraño alfabeto". Las líneas de Nazca son el testimonio gráfico de la forma como aquellos seres superiores dominaron la relación entre los fenómenos celestes y nuestro planeta.
Lo que si se sabe es que los antiguos Nazcas realizaban extrañas y enimáticas ceremonias mágico-religiosas en diversas épocas del año. Y que se tiene tambien que asumir que los Nazcas estudiaban el cosmos desde aquellos parajes y lograron una maestría en establecer la relación cósmica entre los fenómenos celestes y el planeta tierra.
Invitado- Invitado
Re: Misterios y enigmas del pasado
son muy curiosas estas lineas,podrian representar cualquier cosa,aunque parezcan realmente lineas de navegacion.
Mapas de Piris Reis
MAPA DE Piris Reis.
De descendencia griega y cristiana y sobrino del pirata Kemal Reis. Piri Reis llegó a ser almirante de la Flota en el Mar Rojo y en el golfo Pérsico.
Fue en 1.513 cuando Piri Reis, en la ciudad de Gallípoli, comenzó a confeccionar los mapas, que en 1.517 ofreció como regalo al sultán Selim I, conquistador de Egipto, durante un viaje que este realizó por el país.
El descubrimiento de los mapas se remonta al 9 de noviembre de 1.929 cuando el palacio Topkapi, en Estambul, fue trasformado en museo de antigüedades y su director, B. Halil Eldem, encontró dos fragmentos de un mapa trazado por el marino Piri Reis, navegante turco del siglo XVI.
Piri Reis anotó en los márgenes de los mapas que cartografió que para la confección de sus cartas de navegación había utilizado una compilación o colección de mapas que ya existan con anterioridad. En estas anotaciones, llamadas "bahriye", Piri Reis escribe: "Los dibujó el pobre Piri Reis, hijo de Hadj Mehmet, conocido como sobrino carnal de Kemal Reis, en la ciudad de Gelibolu (Gallípoli). Dios tenga misericordia de ambos, en el mes del santo Muharrem del año 919" (9 de marzo - 7 de abril 1.513).
De descendencia griega y cristiana y sobrino del pirata Kemal Reis. Piri Reis llegó a ser almirante de la Flota en el Mar Rojo y en el golfo Pérsico.
Fue en 1.513 cuando Piri Reis, en la ciudad de Gallípoli, comenzó a confeccionar los mapas, que en 1.517 ofreció como regalo al sultán Selim I, conquistador de Egipto, durante un viaje que este realizó por el país.
El descubrimiento de los mapas se remonta al 9 de noviembre de 1.929 cuando el palacio Topkapi, en Estambul, fue trasformado en museo de antigüedades y su director, B. Halil Eldem, encontró dos fragmentos de un mapa trazado por el marino Piri Reis, navegante turco del siglo XVI.
Piri Reis anotó en los márgenes de los mapas que cartografió que para la confección de sus cartas de navegación había utilizado una compilación o colección de mapas que ya existan con anterioridad. En estas anotaciones, llamadas "bahriye", Piri Reis escribe: "Los dibujó el pobre Piri Reis, hijo de Hadj Mehmet, conocido como sobrino carnal de Kemal Reis, en la ciudad de Gelibolu (Gallípoli). Dios tenga misericordia de ambos, en el mes del santo Muharrem del año 919" (9 de marzo - 7 de abril 1.513).
- Spoiler:
- LOS MAPAS
La colección está compuesta por 210 mapas parciales con el título genérico de "Libro de los Mares".
Los mapas encontrados en el palacio Topkapi de Estambul llevan datadas las fechas los años 1.513 y 1.528 yfueron trazados sobre piel de gacela con unas dimensiones de 85 x 60 cm pudiéndose apreciar aún sus exquisitos colores. Los mapas también contienen leyendas de las ilustraciones, los rios son marcados con líneas gruesas y las aguas poco profundas con puntos rojos, también hay dibujos de la fauna y habitantes de las diferentes zonas.
Entre los mapas realizados por Piri Reis, el fechado en 1.513 incluye Gran Bretaña, España, África Occidental, parte de Norteamérica y Sudamérica (incluido el Amazonas y el golfo de Venezuela) y la costa de la Antártida hasta una zona por debajo de África y que al estar rasgado, se sospecha que debió contener también el resto de Europa, Asia e incluso Australia.
El mapa datado en 1.528 abarca Groenlandia, la península de Labrador, Terranova, parte de Canadá y toda la costa oriental de Norteamérica llegando a Florida.
Según las anotaciones que dejó en los mapas, Piri Reis dice que confeccionó sus mapas utilizando 20 viejos planos y ocho mapamundis confeccionados en la época de Alejandro Magno (siglo VI antes de Cristo) y que en estos aparecía la totalidad del mundo habitado, de modo que unos mapas fechados en el siglo XVI nos trasladan de golpe a otros mapas todavía mucho más antíguos.
LOS ESTUDIOS
Muchos han sido los estudiosos de estos mapas y numerosos son todavía los que pretenden desentrañar el misterio que encierran, pero los que más lejos han llegado en sus investigaciones, son Aarlington H. Mallery, Walters, Lineham, Charles H. Hapgood y Sarton.
En la década de los cuarenta, una serie de museos y bibliotecas adquirieron copias de estos fragmentos a escala ampliada.
A mediados de los cincuenta algunas de estas copias fueron a parar al cartógrafo norteamericano Arlington H. Mallery, especializado en antiguas cartas marinas desde hacía décadas. Arlington Mallery solicitó la colaboración de su colega Walters, del Instituto Hidrográfico de la Marina de los Estados Unidos.
Ya de entrada, Walters observó la exactitud de las proporciones y distancias entre el Antiguo y el Nuevo Mundo, al igual que la localización de las islas Canarias y de las Azores.
Ambos investigadores observaron también que Piri Reis no utilizó las coordenadas habituales en su tiempo, y consideró realmente que la Tierra era redonda y lo tuvo en cuenta al trazar su mapa.
Para poder estudiar más a fondo y con el máximo detalle los mapas de Piri Reis, decidieron fabricar una especie de rejilla que les permitiera leer las dimensiones del antiguo mapa y poder trasferirlas a escala a un moderno globo terráqueo.
Cual no sería su sorpresa al descubrir que no sólo los contornos de la costa americana, sino también los de la Antártida, correspondían con toda exactitud a los que hoy conocemos gracias a la ciencia moderna.
En el mapamundi de Piri Reis el extremo sudamericano de la Tierra del Fuego se prolonga en una estrecha franja a modo de apéndice que casi enlaza con la Antártida, donde vuelve a ensancharse. Milímetro a milímetro se comparó el mapa de Reis con los perfiles de tierra submarina obtenidos por los más modernos medios científicos: fotografía aérea, tomas bajo el agua con cámaras de rayo infrarrojos, sondas acústicas enviadas desde buques... Con todos estos datos en la mano, se dedujo que unos 11.000 años antes (final de la Era Glacial), existió dicho puente continental en Sudamérica y la Antártida.
Comentar también que los perfiles costeros, islas, bahías, y promontorios del continente Antártico están representados en los mapas de Piri Reis con una exactitud de perfiles excepcional, aunque desde hace miles de años estén ocultas bajo una gruesa capa de hielo.
Durante el año 1.957, también se interesó por los mapas el padre Lineham, antiguo director del observatorio astronómico de Weston y cartógrafo de la Marina Estadounidense. Su conclusión fue la misma: los mapas (especialmente la zona de la Antártida) son increíblemente precisos, llegando a ofrecer datos que a nosotros únicamente nos constan después de las expediciones antárticas que suecos, británicos y noruegos llevaron a cabo en 1.949 y 1.952.
El gran veterano de la cartografía, profesor Charles H. Hapgood, se entregaba a su vez al estudio de los mapas de Piri Reis.
En una de las cartas recibidas por Hapgood de las Fuerzas Aéreas de los EEUU, encargadas de cartografiar la Antártida, se anotaba lo siguiente: "Las líneas costeras tuvieron que ser cartografiadas antes de que el continente quedara cubierto por el hielo. En esa región la capa de hielo alcanza cerca de una milla de espesor. No tenemos la menor idea de cómo esos datos pudieron señalarse en el mapa con sólo los conocimientos geográficos de 1.513".
El profesor Sarton, de Harvard, realizó un estudio de la escala, tomando como baremo la medida griega estadio. La escala utilizada por Piri Reis fue derivada de la medición de la circunferencia de la Tierra que llevó a cabo el sabio griego Eratóstenes (siglo III - II a.C.) y que fue calculada en estadios (1 estadio = 186 metros), y extrajo la siguiente conclusión: las distancias entre los diferentes puntos eran exactas.
Tanto Piri Reis como Eratóstenes sobrestimaron el perímetro del globo en un 4,5%, entonces, al restar esa diferencia a las escalas de los mapas de Piri Reis, la exactitud con la realidad es asombrosa.
CONCLUSIÓN
Entre todos los investigadores que estudiaron los mapas llegaron a una conclusión asombrosa, y ésta es que los mapas de Piri Reis sólo pudieron ser confeccionados basándose en fotografías aéreas, tomadas a una extraordinaria altura, desde una especie de satélite como los utilizados en la actualidad.
Pero si eso era incluso imposible de pensar en los primeros años de nuestro siglo, cómo puede ser que fueran realizados en los tiempos de Alejandro Magno, y si fue así, con qué información se contó en el siglo IV a.C. para poder confeccionar unos mapas tan perfectos sin una tecnología solo desarrollada a finales del siglo XX.
Pero las sorpresas no acaban aquí. Al observar detenidamente los mapas de Piri Reis, se puede ver que entre América del Sur y África existe una isla de gran tamaño denominada "Antillia" (que no existe en la actualidad) rodeada de otras islas de menor tamaño. Y ya que hemos visto que los mapas de Piri Reis no son fruto de la casualidad, ¿no será esta isla la famosa Atlántida de Platón?.
Siguió Colon uno de estos mapas para desubrir lo que él llamó las Indias?
Invitado- Invitado
Las Piedras deBashkir.
PIEDRA BASHKIR.
La historia de esta Piedra comienza cuando el doctor en ciencias físicas y matemáticas y profesor en la Universidad estatal de Bashkiriev, Alexandre Chuvyrov en compañía de una estudiante de nacionalidad china Huan Hun, decidió estudiar la hipótesis de que la antigua población de China emigrara a las zonas de Siberia y los Urales. A lo largo de sus expediciones en Bashkir, encontraron varios grabados rupestres en chino antiguo que trataban mayoritariamente sobre comercio, bodas y defunciones.
Durante esas investigaciones, encontraron en el archivo del Gobernador General de Ufa notas del siglo XVIII que relataban la existencia, cerca de la aldea de Chandar en la región de Nurimanov, de unas 200 misteriosas tablillas de piedra grabada. Otras fuentes indicaban que en los siglos XVII y XVIII, expediciones de científicos rusos a los Urales habían estudiado esas 200 tablillas blancas que tenían grabados distintos signos y motivos. Había también otras notas que indicaban que a principios del siglo XX, el arqueólogo A. Schmidt también había visto estas tablillas de color blanco en Bashkir.
La historia de esta Piedra comienza cuando el doctor en ciencias físicas y matemáticas y profesor en la Universidad estatal de Bashkiriev, Alexandre Chuvyrov en compañía de una estudiante de nacionalidad china Huan Hun, decidió estudiar la hipótesis de que la antigua población de China emigrara a las zonas de Siberia y los Urales. A lo largo de sus expediciones en Bashkir, encontraron varios grabados rupestres en chino antiguo que trataban mayoritariamente sobre comercio, bodas y defunciones.
Durante esas investigaciones, encontraron en el archivo del Gobernador General de Ufa notas del siglo XVIII que relataban la existencia, cerca de la aldea de Chandar en la región de Nurimanov, de unas 200 misteriosas tablillas de piedra grabada. Otras fuentes indicaban que en los siglos XVII y XVIII, expediciones de científicos rusos a los Urales habían estudiado esas 200 tablillas blancas que tenían grabados distintos signos y motivos. Había también otras notas que indicaban que a principios del siglo XX, el arqueólogo A. Schmidt también había visto estas tablillas de color blanco en Bashkir.
- Spoiler:
- Alexandre Chuvyrov formó a un equipo de estudiantes para continuar la investigación y en 1998 comenzó su expedición. Después de varias tentativas fracasadas, A. Chuvyrov comenzó a desconfiar y a sospechar que se trataba solamente de una leyenda. Pero su suerte cambió. Un año despues, en el mes de julio de 1999, el ex-presidente del Consejo Agrícola Local, Vladimir Krainov, le comunicó que en su búsqueda de estas piedras, había encontrado una de ellas semi-enterrada en el patio de una casa.
Incrédulo, el Dr. Chuvyrov, fue a verificar la autenticidad de la piedra. Esta se encontraba situada debajo del pórtico de una casa y era imposible moverla debido a su tamaño y peso: 148 centímetros de alto por 106 centímetros de ancho, y 16 centímetros de espesor, y al menos una tonelada de peso. Una semana más tarde, se inició la extracción de la "piedra" para su posterior estudio. La gran piedra fue transportada a la universidad.
EL MAPA
Inesperadamente, esta contenía un mapa tridimensional. La investigación adicional de un grupo de especialistas chinos y rusos determinó que el mapa mostraba la región de Ural. La estructura geológica de la excavación estaba compuesta de tres niveles: la base, una dolomía gruesa de 14 centímetros; la capa media o segunda capa, contiene la imagen grabada y es de cristal de diopside; y la tercera capa, de 2 milímetros de porcelana de calcio y que supuestamente protege el mapa contra los golpes.
En la tablilla figuran inscripciones verticales jeroglífico-silábicas que en un principio los científicos pensaron que el mapa podía ser la obra de los chinos antiguos por su similitud. Pero después de buscar en diferentes libros y no encontrar ninguna inscripción similar a ésas resultó imposible descifrarlas.
Diferentes radiografías confirmaban que la piedra fue fabricada con instrumentos de precisión, un simple tallador de piedra no hubiera sido capaz de conseguir tal relieve y probablemente la tablilla forme parte de un mosaico formado por otras losas.
El relieve geográfico de Bashkir no ha cambiado mucho en unos millones de años y con la ayuda de especialistas en cartografía, topografía, geología, etc... se consiguió rápidamente identificar el monte de Ufa, su falla, los diferentes ríos de la región de los Urales, la falla de Ufa en Sterlitimak, etc., con lo que se pudo tambien deducir que el mapa está realizado a una escala de 1 cm:1,1 km.
El mapa tambien indica el uso de ingeniería civil al crear un sistema gigante de canales de aproximadamente 12.000 kilómetros de longitud y 500 metros de ancho, y 12 embalses de entre 300 y 500 metros de ancho, 10 km de largo y 3 km de profundidad cada uno.
Estos embalses que alimentaban las diferentes redes de abastecimiento y necesitaron la extracción de por lo menos 1000 metros cúbicos de tierra. Si se compara con el canal existente actualmente del Volga al Don, este parecería un simple rasguño.
El Dr. Chuvyrov y su equipo pensaban que la edad de la losa era de unos 3000 años. Los análisis realizados con carbono 14 dieron unos resultados erráticos y poco concluyentes. En un análisis más minucioso se descubrió en la piedra la presencia de dos conchas, una de 50 y otra de 120 millones de años de antigüedad; pero nada permite saber si las conchas estaban o no ya fosilizadas en el momento de la creación del mapa.
Las investigaciones realizadas por el Centro de Cartografía Histórica de Wisconsin, propusieron que el mapa únicamente se ha podido elaborar a partir de levantamientos aéreos.
Esta investigación sigue en EE.UU. Necesita de un tratamiento informático muy potente y un examen aeroespacial exhaustivo, con la utilización de datos por satélite.
El Dr. Chuvyrov se muestra muy circunspecto en cuanto a los autores del mapa: "No me agrada hablar de OVNI's o extraterrestres. Entonces llamamos al autor del mapa sencillamente - el creador".
Invitado- Invitado
El hombre de Pascal
No hay duda de que Palenque es una de las ciudades mayas más cautivadoras. Descubierta en 1773 por un grupo de soldados y misioneros españoles, fue fundada hacia el 200 dC, siendo su apogeo entre el 600 y el 750 dC, para decaer poco después entre el 850 y el 900. Es imposible visitarlo sin encontrarse con dos de sus excelsos señores, Pakal y su hijo Chan Bahlum, quienes fueron grandes estadistas y le dieron sus mejores momentos de esplendor.
La investigación histórica actual considera que el nuevo Palenque fue fundado por Fray Pedro Lorenzo (o Laurencio) en el año de 1567, a cierta distancia de las ruinas del mismo nombre. El padre dominico integró el pueblo con muchas familias choles dispersas en la selva lacandona. Se sabe que los nativos llamaban a palenque Otulún, palabra de origen chol que significa Sitio cercado o fortificado, y hasta existe un arroyo con este nombre, que atraviesa las ruinas. La misma sinonimia connota la palabra Palenque, voz castellana que significa: lugar cercado por una estacada.
Un hombre encuentra un libro donde se habla de una ciudad perdida en lo más recóndito de la selva. El hombre va entonces tras ese lugar misterioso, haciendo caso omiso de los críticos que consideran su búsqueda una locura. Después de enfrentar muchos peligros y penalidades, descubre la ciudad perdida y, con ello, toda una civilización. Este romántico argumento es tema recurrente en la imaginación de los occidentales y ha inspirado libros y películas. Por muchos conceptos, la exploración que realizó John Lloyd Stephens en la antigua ciudad maya de Palenque es el prototipo de esta clase de aventura.
LOS PRIMEROS EXPLORADORES *
Hacia 1835, Stephens era un famoso escritor de viajes que había publicado varios volúmenes sobre sus descubrimientos en Egipto, Arabia, Grecia, Turquía y Rusia. Llamó la atención cuando en 1839 anunció su propósito de efectuar una investigación imparcial de Palenque y otros lugares mayas de México y Centroamérica; el público se entusiasmó con la idea, pero los eruditos lo desdeñaron.
Como eran muchos quienes ansiaban tildarlo de mentiroso, sabía que iba a necesitar pruebas contundentes de sus descubrimientos. Entonces propuso integrarse a la expedición al dibujante Frederick Catherwood, el cual tenía fama de habilidoso ilustrador y erudito que no se dejaba llevar por las fantasías de muchos otros artistas viajeros. Llegaron a Belice el 3 de noviembre de 1839 y les tomó seis meses más arribar a Palenque. Ingresaron a Chiapas durante de la temporada de lluvias. Stephens describió el viaje como arduo y lento, pues se vieron obligados a abrirse paso por una selva tan poblada de matorrales y arbustos que era impenetrable...
Llevando a lomo de mula sus pertenencias, soportaron diez días de lluvia que los calaba, tuvieron que combatir la fatiga, lodazales, hordas de mosquitos y empinados cerros. Stephens consideraba las montañas de Chiapas las peores que había encontrado en ese o en cualquier otro país. Llegaron a Santo Domingo de Palenque, remoto pueblo situado al oeste de la ciudad maya, en condición desastrosa causada por enfermedades, hambre y agotamiento. El poblado también sufría una hambruna y no era el lugar ideal para descansar.
Tras procurarse las provisiones más básicas, los exploradores salieron en busca de la ciudad perdida. Luego de tres horas de deslizamientos y resbalones por una gran carretera atestada de gente llegaron a Palenque. Sus guías gritaron el palacio, el palacio y Stephens y Catherwood, mirando entre los árboles, divisaron la fachada de un edificio ricamente adornado. Arrastrándose por las escaleras penetraron en el patio del Palacio y dispararon cuatro cargas para celebrar la llegada. Stephens asentó: por primera vez estábamos en un edificio levantado por los habitantes aborígenes antes que los europeos supieran de la existencia de este continente.
El Palacio sirvió de campamento base. Catherwood comenzó sus esbozos mientras Stephens exploraba los macizos laberintos de habitaciones abovedadas, angostos corredores y cámaras subterráneas del complejo residencial. Juntos descubrieron una pirámide escalonada en la esquina suroeste del Palacio, bajo una maraña de vegetación. Ascendieron penosamente por los escalones para descubrir cinco puertas decoradas con relieves de estuco.
Las inscripciones, tableros de jeroglíficos y pilastras de dibujos esculpidos los dejaron sin aliento. Ni descripción ni dibujo alguno pueden reflejar la sublimidad moral de aquel espectáculo, escribió Stephens en su diario. Acababan de descubrir el Templo de las Inscripciones. Al llegar a la bóveda examinaron antorcha en mano los jeroglíficos. No podían saber que se encontraban arriba de lo que llegaría a ser uno de los descubrimientos arqueológicos más famosos del Mundo Maya. Bajo sus pies estaba la tumba de Pakal, el gran gobernante palencano, que sería hallada solamente un siglo después.
Las condiciones del campamento eran primitivas. De noche, los exploradores no conseguían dormir mucho debido a los voraces mosquitos; la comida se les echaba a perder rápidamente en medio del húmedo calor y durante el día tenían que estar a la defensiva de serpientes venenosas y escorpiones. En determinado momento, Stephens se vio obligado a regresar al pueblo para recuperarse del ataque de unas pulgas tropicales llamadas niguas. Catherwood se había enfermado también por las crisis intermitentes de paludismo. No obstante, ambos continuaron su trabajo hasta descubrir el Templo de la Cruz, el Templo del Sol y el Templo de la Cruz Foliada. Catherwood, con esmero, copiaba cada bajorrelieve y las fachadas, mientras Stephens redactaba las descripciones.
El 30 de mayo de 1840, Palenque se vio azotado por una tormenta tropical, que Stephens describe como sublime y terrible... La tormenta amenazó la existencia misma de los edificios. Todos se empaparon y enfermaron, hasta el punto que el 1 de junio tuvieron que abandonar la ciudad. El 31 de julio del mismo año llegaban a Nueva York. Stephens comenzó a trabajar en su libro Incidentes de viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán, ilustrado con los meticulosos dibujos de Catherwood.
A su publicación, el libro causó sensación, desconcertando a muchos historiadores y eruditos, los cuales de inmediato se dispusieron a revisar sus opiniones respecto de los mayas. El público se entusiasmó con la idea misma de que acababa de ser descubierta una civilización. De sus hallazgos en Palenque, Stephens concluyó: Aquí están los restos de un pueblo cultivado, refinado y peculiar que pasó por todas las etapas propias del auge y caída de las naciones, alcanzó una edad de oro y pereció, quedando por entero desconocido. El tiempo probaría lo atinado que John Lloyd Stephens estuvo en sus conclusiones.
La investigación histórica actual considera que el nuevo Palenque fue fundado por Fray Pedro Lorenzo (o Laurencio) en el año de 1567, a cierta distancia de las ruinas del mismo nombre. El padre dominico integró el pueblo con muchas familias choles dispersas en la selva lacandona. Se sabe que los nativos llamaban a palenque Otulún, palabra de origen chol que significa Sitio cercado o fortificado, y hasta existe un arroyo con este nombre, que atraviesa las ruinas. La misma sinonimia connota la palabra Palenque, voz castellana que significa: lugar cercado por una estacada.
Un hombre encuentra un libro donde se habla de una ciudad perdida en lo más recóndito de la selva. El hombre va entonces tras ese lugar misterioso, haciendo caso omiso de los críticos que consideran su búsqueda una locura. Después de enfrentar muchos peligros y penalidades, descubre la ciudad perdida y, con ello, toda una civilización. Este romántico argumento es tema recurrente en la imaginación de los occidentales y ha inspirado libros y películas. Por muchos conceptos, la exploración que realizó John Lloyd Stephens en la antigua ciudad maya de Palenque es el prototipo de esta clase de aventura.
LOS PRIMEROS EXPLORADORES *
Hacia 1835, Stephens era un famoso escritor de viajes que había publicado varios volúmenes sobre sus descubrimientos en Egipto, Arabia, Grecia, Turquía y Rusia. Llamó la atención cuando en 1839 anunció su propósito de efectuar una investigación imparcial de Palenque y otros lugares mayas de México y Centroamérica; el público se entusiasmó con la idea, pero los eruditos lo desdeñaron.
Como eran muchos quienes ansiaban tildarlo de mentiroso, sabía que iba a necesitar pruebas contundentes de sus descubrimientos. Entonces propuso integrarse a la expedición al dibujante Frederick Catherwood, el cual tenía fama de habilidoso ilustrador y erudito que no se dejaba llevar por las fantasías de muchos otros artistas viajeros. Llegaron a Belice el 3 de noviembre de 1839 y les tomó seis meses más arribar a Palenque. Ingresaron a Chiapas durante de la temporada de lluvias. Stephens describió el viaje como arduo y lento, pues se vieron obligados a abrirse paso por una selva tan poblada de matorrales y arbustos que era impenetrable...
Llevando a lomo de mula sus pertenencias, soportaron diez días de lluvia que los calaba, tuvieron que combatir la fatiga, lodazales, hordas de mosquitos y empinados cerros. Stephens consideraba las montañas de Chiapas las peores que había encontrado en ese o en cualquier otro país. Llegaron a Santo Domingo de Palenque, remoto pueblo situado al oeste de la ciudad maya, en condición desastrosa causada por enfermedades, hambre y agotamiento. El poblado también sufría una hambruna y no era el lugar ideal para descansar.
Tras procurarse las provisiones más básicas, los exploradores salieron en busca de la ciudad perdida. Luego de tres horas de deslizamientos y resbalones por una gran carretera atestada de gente llegaron a Palenque. Sus guías gritaron el palacio, el palacio y Stephens y Catherwood, mirando entre los árboles, divisaron la fachada de un edificio ricamente adornado. Arrastrándose por las escaleras penetraron en el patio del Palacio y dispararon cuatro cargas para celebrar la llegada. Stephens asentó: por primera vez estábamos en un edificio levantado por los habitantes aborígenes antes que los europeos supieran de la existencia de este continente.
El Palacio sirvió de campamento base. Catherwood comenzó sus esbozos mientras Stephens exploraba los macizos laberintos de habitaciones abovedadas, angostos corredores y cámaras subterráneas del complejo residencial. Juntos descubrieron una pirámide escalonada en la esquina suroeste del Palacio, bajo una maraña de vegetación. Ascendieron penosamente por los escalones para descubrir cinco puertas decoradas con relieves de estuco.
Las inscripciones, tableros de jeroglíficos y pilastras de dibujos esculpidos los dejaron sin aliento. Ni descripción ni dibujo alguno pueden reflejar la sublimidad moral de aquel espectáculo, escribió Stephens en su diario. Acababan de descubrir el Templo de las Inscripciones. Al llegar a la bóveda examinaron antorcha en mano los jeroglíficos. No podían saber que se encontraban arriba de lo que llegaría a ser uno de los descubrimientos arqueológicos más famosos del Mundo Maya. Bajo sus pies estaba la tumba de Pakal, el gran gobernante palencano, que sería hallada solamente un siglo después.
Las condiciones del campamento eran primitivas. De noche, los exploradores no conseguían dormir mucho debido a los voraces mosquitos; la comida se les echaba a perder rápidamente en medio del húmedo calor y durante el día tenían que estar a la defensiva de serpientes venenosas y escorpiones. En determinado momento, Stephens se vio obligado a regresar al pueblo para recuperarse del ataque de unas pulgas tropicales llamadas niguas. Catherwood se había enfermado también por las crisis intermitentes de paludismo. No obstante, ambos continuaron su trabajo hasta descubrir el Templo de la Cruz, el Templo del Sol y el Templo de la Cruz Foliada. Catherwood, con esmero, copiaba cada bajorrelieve y las fachadas, mientras Stephens redactaba las descripciones.
El 30 de mayo de 1840, Palenque se vio azotado por una tormenta tropical, que Stephens describe como sublime y terrible... La tormenta amenazó la existencia misma de los edificios. Todos se empaparon y enfermaron, hasta el punto que el 1 de junio tuvieron que abandonar la ciudad. El 31 de julio del mismo año llegaban a Nueva York. Stephens comenzó a trabajar en su libro Incidentes de viaje por Centroamérica, Chiapas y Yucatán, ilustrado con los meticulosos dibujos de Catherwood.
A su publicación, el libro causó sensación, desconcertando a muchos historiadores y eruditos, los cuales de inmediato se dispusieron a revisar sus opiniones respecto de los mayas. El público se entusiasmó con la idea misma de que acababa de ser descubierta una civilización. De sus hallazgos en Palenque, Stephens concluyó: Aquí están los restos de un pueblo cultivado, refinado y peculiar que pasó por todas las etapas propias del auge y caída de las naciones, alcanzó una edad de oro y pereció, quedando por entero desconocido. El tiempo probaría lo atinado que John Lloyd Stephens estuvo en sus conclusiones.
- Spoiler:
- Resumimos en breve cronología el descubrimiento de Palenque:
- 603-798: Época de florecimiento del antiguo Palenque
- 1567: El fraile dominico Pedro Lorenzo funda el nuevo pueblo de Palenque.
- 1773: Fray Ramón Ordóñez de Aguilar visita las ruinas de Palenque y comunica la noticia a don José de Estachería, presidente de la Real audiencia de Guatemala.
- 1821: Don Cayetano Ramón de Robles y don Antonio Vives, por instrucciones de la Sociedad Económica de la Provincia, construyen un camino de Bachajón a Palenque y de este lugar a Catazajá.
- 1822: Thomas Mckay envía a Londres dibujos a lápiz, dando al mundo la noticia del gran hallazgo maya.
- 1828: Se funda la escuela de primeras letras, de gran trascendencia para todo el municipio.
- 1840: Expedición de John Lloyd Stephens.
CIUDAD DE REYES*
No hay duda de que Palenque es una de las ciudades mayas que más cautiva tanto a turistas como a arqueólogos. Numerosos factores contribuyen a ese encanto: el lujurioso verdor de la selva chiapaneca, con su eterno paisaje de niebla; la arquitectura palencana, tan fina y elegante, que se distingue como de las más bellas en el Mundo Maya; la fascinante biografía de sus reyes, y la abundancia de jeroglíficos, en los cuales se narra la historia del lugar.
Palenque tiene una extensión de 4.5 km de este a oeste y 2 km de norte a sur. Se ubica a 230 m sobre el nivel del mar, en la primera serranía del norte de Chiapas y es alimentada por varios arroyos que circulan entre los edificios. La ciudad fue descubierta en 1773 por un grupo de soldados y misioneros españoles, quienes llegaron al lugar cuando ya estaba abandonado. Fundada hacia el 200 d.C., tuvo su apogeo entre el 600 y el 750 d.C., para después decaer entre el 850 y el 900, al igual que sus vecinas Tikal, Copán y Bonampak.
La ciudad posee un distintivo estilo arquitectónico que lo diferencia de cualquier otro sitio maya. Alfonso Morales, arqueólogo en jefe del Instituto de Investigaciones de Arte Precolombino en Palenque, cree que la posición de este lugar como emplazamiento fronterizo pudo haber contribuido a la claridad de su técnica. Importante centro comercial cercano al río Usumacinta y confinante con las tierras bajas de Yucatán (México) y del valle del Petén (Guatemala), Palenque tuvo que haber recibido numerosas influencias del exterior, las cuales enfrentó desenvolviendo su propio estilo.
Aquí en Palenque hay culto a la personalidad, reconoce Morales, señalando que la presencia de sus dos máximos soberanos está indeleblemente plasmada en la ciudad. En efecto, es imposible visitar Palenque sin encontrarse a los dos excelsos señores. Aunque con perfiles personales diferentes, Pakal y su hijo Chan Bahlum fueron grandes estadistas y visionarios. A lo largo del gobierno ininterrumpido de ambos el lugar floreció como una gran potencia.
La devoción a la construcción de templos no fue algo inusual, puesto que todo rey maya utilizaba los monumentos públicos como una especie de propaganda. Los templos eran decorados con relieves que afirmaban el derecho del monarca al trono. Lo que distingue a Pakal y a Chan Bahlum es la duración de sus respectivos reinados, la coherencia de su visión y la pervivencia de su legado. Pakal subió al trono en el 615 d.C., a la edad de doce años, y se mantuvo en él sesenta y ocho. Le sucedió en 684 su hijo Chan Bahlum, quien gobernó durante dieciocho. Ochenta y seis años de estabilidad dieron origen a la época de oro de Palenque, donde religión e historia se fundieron con la arquitectura.
Cronológicamente, la zona excavada de Palenque se divide en tres grandes áreas: el Grupo Norte, que alberga los edificios más antiguos; la Gran Plaza, en la que destacan dos construcciones monumentales: El Palacio y el Templo de las Inscripciones; y el Grupo de las Cruces. En el Grupo Norte hay cinco edificios sobre plataformas a diferentes niveles. Aquí se muestran las estructuras típicas de Palenque: una elevación natural que sirve de base de terrazas y escaleras artificiales por tramos superpuestos que aprovechan el declive. El edificio más occidental es el Templo del Conde, llamado así en honor al conde Frederick Waldeck, quien a principios del siglo XIX vivió durante tres años en este templo. Cerca de ahí hay un pequeño juego de pelota, en su mayoría sin excavar, que data del 250 d.C.
EL PALACIO
Esta área cubre construcciones más antiguas ya que sus habitantes creían que sus constantes rituales en sus plazas y templos acumulaban sacralidad, por esta razón construían o renovaban sobre los edificios ya existentes; así conservaban las energías sagradas y facilitaban el acceso a los dioses, además de tener comunicación con las deidades celestes. Cuenta con cuatro patios interiores de diferentes tamaños y niveles, en la parte sur se construyeron galerías subterráneas, cámaras, pasillos, escaleras, un baño de vapor y retretes conectados con un caño de desagüe, ésto nos muestra la urbanización de la ciudad y el uso habitacional que se le daba.
Es la pieza central de Palenque. Es un conjunto de estructuras construidas sobre una plataforma artificial, su superficie es de 100 por 80 metros. Su acceso principal es por la escalinata del lado norte. Como centro del área ceremonial, o como reloj solar, no se sabe, lo cierto es que los mayas buscaban una armonía con el cosmos íntegro y elegían para la construcción de sus palacios la orientación que les permitiera la unión de elementos físicos, culturales y místicos con el fin de vivir en armonía con las fuerzas cósmicas.
Se trata en realidad de un complejo de edificios construidos en diferentes épocas, de donde resultó una serie irregular de patios y aposentos. Al igual que la mayoría del resto de las estructuras del sitio, posee un techo curvo que estuvo por completo recubierto de estuco y rematado con cresterías. Con sus altares, tronos, bancas, respiraderos, altos techos y patios, El Palacio tiene el aire de haber sido muy funcional. Las docenas de cuartos indican que aquí vivía el rey con la nobleza, jefes, sacerdotes y altos funcionarios.
De seguro fue una cómoda residencia: el uso de techos de doble bóveda, los pórticos y puertas le dan una atmósfera liviana y etérea, sobre todo en comparación con las reducidas y oscuras habitaciones que se encuentran en otros edificios. En las secciones norte y este, los cuartos son más grandes, quizá porque pertenecieron a la familia real, mientras que las piezas más pequeñas de la sección sur habrían sido destinadas a los huéspedes y a nobles menores.
El Palacio fue una de los primeros proyectos de renovación de Pakal una vez en el poder. A las galerías porticadas les añadió bóvedas y paneles labrados, abrió cámaras subterráneas que dan a los patios, mandó hacer nuevos bajorrelieves al patio este y construyó los anexos conocidos como Casas E, B y C. El flanco oeste del Palacio tiene una escalinata que conduce a un aposento porticado. Las pilastras que enmarcan las puertas muestran relieves de estuco donde aún hay figuras de nobles vestidos con sus galas y en las cuales aún se adivinan los colores originales.
Una de las singulares características del Palacio es el gran arco triple que da al patio este. Dicho patio se distingue por los paneles de finos bajorrelieves dispuestos a lo largo de las escaleras. Estos paneles narran una escena: del lado derecho hay cinco figuras humanas; las dos más próximas a la escalera tienen la cabeza hacia arriba, como si orasen, mientras las otras miran al frente. Seis de las figuras pueden ser sacerdotes o nobles. La figura más a la derecha está sin ropas y debido a su expresión, de profunda angustia, parece que ha sido condenada por las demás.
La galería oeste es un aposento porticado conocido como Edificio E; se llamaba antes Zac Nuc Nah o Gran Casa Blanca. Sobre la pared del fondo puede verse la famosa Tabla Oval, en la que está representada la entronización de Pakal. Del lado izquierdo se ve a su madre, la Señora Zac Kuk, con un tocado de plumas, propio de los reyes de Palenque. Pakal, sentado con las piernas cruzadas sobre un trono de jaguar bicéfalo, lleva joyería ritual.
Zac Kuk destaca como una de las pocas mujeres mayas que llegaron a reinar. La sociedad maya era patriarcal y el trono pasaba de padre a hijo; cuando Pakal fue ungido por su madre, se produjo una ruptura de la tradición y los enemigos políticos alegaron que no tenía derecho a ser rey. En realidad, Pakal se pasó mucho tiempo de su mandato justificando el derecho al trono y resultado de ello fueron los relieves y las construcciones que proliferan en Palenque.
Otra peculiaridad del Palacio es la torre de cuatro pisos que se levanta en la esquina suroeste. La angosta escalera comienza en el segundo nivel y es muy cuadrada. Se cree que Kan Xul, hermano de Chan Bahlum, fue el constructor de la torre, pero no está muy claro su propósito. Pudo haber sido una atalaya de vigilancia, aunque también un observatorio astronómico. Durante el solsticio del 21 de diciembre el sol, al ponerse, se alinea desde la torre hasta el Templo de las Inscripciones, donde está enterrado Pakal.
EL TEMPLO DE LAS INSCRIPCIONES
Esta pirámide tiene 22.8 m de altura y es el edificio más alto de Palenque. Se considera la obra maestra de Pakal y rinde testimonio de la legalidad de su dinastía. Espectacular muestra de ingeniería creadora, la pirámide está formada por ocho terrazas, con una moldura que recorre la parte superior de cada terraza. Una escalera conduce a la parte superior, donde hay cinco puertas separadas por cuatro pilastras con decoraciones de estuco, semejantes a las del Palacio. Por cualquiera de las puertas se penetra a una gran cámara abovedada, con tres paneles que contienen la segunda inscripción jeroglífica más larga del Mundo Maya. Consta de cuatro listas que asientan la estirpe dinástica de Pakal a lo largo de diez generaciones.
El verdadero secreto de la pirámide quedó al descubierto en 1952, cuando el arqueólogo Alberto Ruz Lhuillier levantó la losa del piso interior. Bajo el cascajo aparecieron unos peldaños de piedra que conducían al corazón de la pirámide, donde había una tumba. A lo largo de la escalera hay un psicoducto, tubo hueco en forma de serpiente que supuestamente hacía las veces de conducto al inframundo. La tumba estaba cubierta por una losa de caliza labrada, con un peso de cinco toneladas, y en el interior de la tumba descansaba el cuerpo de Pakal, recubierto de joyería.
Hay miles de otras sepulturas repartidas por todo Palenque. En el modesto Templo XIII, anexo al de las Inscripciones, destaca una tumba real que se cree pertenece a la madre o abuela de Pakal.
GRUPO DE LAS CRUCES
Con la muerte de Pakal ascendió al trono Chan Bahlum. Su primera responsabilidad fue concluir el Templo de las Inscripciones. Renovó las pilastras exteriores, ahora con relieves de él mismo, donde aparece elegido, todavía muy joven, como heredero legítimo. No puede haber duda sobre su identificación: el niño está representado con seis dedos en las manos y en los pies, deformidad que se le atribuye a Chan Bahlum.
Al tiempo que concluía las Inscripciones, Chan Bahlum comenzó a trabajar en el Grupo de las Cruces, frente al Palacio. Aquí puso en práctica la misma fórmula de Pakal: usar los templos para glorificar su vinculación a los dioses, afianzando así su derecho al trono. Tuvo la ingeniosidad de sacar provecho a los motivos religiosos mayas, en particular la poderosa estructura triangular.
En efecto, los edificios del grupo están distribuidos de tal forma que simulan un triángulo: el más alto, el Templo de la Cruz, se encuentra al norte; el de talla media, el Templo del Sol, está al oeste; y el más bajo, el Templo de la Cruz Foliada, se localiza al este. Cada uno tiene tres puertas en la pared frontal, y su interior está dividido en una antecámara con tres cámaras traseras.
Cada templo posee una cámara central, o cella, con relieves donde se representa la transformación de Chan Bahlum de heredero en monarca de Palenque. Y en cada relieve, Pakal entrega a Chan Bahlum un objeto sagrado que simboliza sus deberes como nuevo gobernante del reino palencano. Un edificio menor, el Templo XIV, situado al lado del Templo del Sol, completa la plaza. Esta construcción tiene sólo un panel principal, donde aparece la madre de Chan Bahlum entregándole el glifo de un dios (identificado como el dios K), mientras el nuevo rey sale del Inframundo danzando triunfalmente, luego de derrotar a los Señores de la Muerte.
Palenque cautiva tanto por su arquitectura como por su historia. A través de los relieves en sus edificios no sólo podemos reconocer los rostros y los nombres de quienes estuvieron aquí antes que nosotros, sino que podemos enterarnos de cómo fueron sus vidas y cuáles fueron sus principales obras. Esta conexión entre pasado y presente vuelve a Palenque, sin lugar a dudas, la más íntima y personal de las ciudades mayas.
El Templo del Sol
Está situado al lado oeste de la plaza, su entrada queda al este. Su fachada con jeroglíficos y fragmentos de figuras humanas en estuco da la impresión que se realizaron con fecha de serie inicial. Su santuario ocupa el cuarto central de la crujía dos; sus tres tableros son de piedras calcárea, con el escudo solar y un motivo central. Como en todos los Templos de Palenque se encontraron relieves de estuco, figuras de barro, partes de ollas e incensarios. En el friso principal hay un personaje sentado en forma oriental, teniendo detrás una serpiente bicéfala, también en estuco así como la crestería.
El Templo de la Cruz
Está situado en el extremo norte de la plaza con el frente al sur, éste ha sido el más destruido por el hombre a causa de sus hallazgos como son: tres tumbas, en 1991 por Holmes; un monolito conocido como La Muerta, encontrado por Blom, este monolito representa a un hombre de pie sobre un jeroglífico, con fecha 9.13.0.0.0., 8 Ahua 8 Uo (18 de marzo de 692 d.C.); dos lápidas esculpidas con inscripciones en las alfardas de la escalera, bastante deterioradas; varios cuartos sobre el quinto cuerpo, así como 18 cilindros de barro que representan deidades.
El Templo no cuenta con fachada por lo que se puede ver la pared central, ésta da acceso a tres cuartos dos pequeños a los extremos y el central donde hay un santuario el cual contaba con un tablero esculpido con un motivo cruciforme. También tiene un profundo agujero hecho a causa del hallazgo de una olla funeraria así como cajas con vasijas de barro con cuenta de jade y concha marina.
El Templo de la Cruz Foliada
Se construyó sobre el cerro llamado Cerro de Miramar, su galería frontal ha caído así como parte de la crestería a causa de un deslizamiento del basamento. El muro central y la galería interior no tienen deterioro. El muro tiene tres puertas con acceso a tres cuartos como en los templos de las Inscripciones, El Palacio, del Sol. Su santuario conserva en su friso fragmentos de estuco, también se conservan tres lápidas de piedra éstos forman el tablero de la Cruz Foliada, el tema es una cruz con hojas de maíz.
En este templo excavaron, por lo que se cubrió con tierra, se reforzó el techo utilizando una viga de chicozapote, ya que su puerta estaba destruida. En dichas excavaciones se encontraron en el piso cabezas de estuco, restos de esculturas, pedazos de inscripciones y vasijas de barro, una caja de ofrendas, semejante a las del Templo de la Cruz; en su basamento dos lápidas esculpidas con inscripciones, un fragmento de yugo de piedra y cilindros de barro rojizo con decoración modelada y policromada, que se denominan incensarios.
LA TUMBA DE PAKAL**
Una de las piezas más significativas de Palenque es la tumba del rey Pakal. Ésta fue descubierta en 1952 por Alberto Ruz Lhuillier en el interior del Templo de las Inscripciones. Pakal murió el 31 de agosto del 683 d.C., a los 80 años de edad. Ascendió al trono en el 615, a los 12 años, y gobernó sesenta y ocho. Durante su largo reinado convirtió a Palenque en la ciudad más importante de finales del Clásico (250-900 d.C.). Ya mayor, sintiendo cercana la muerte, inició la construcción de su templo funerario hacia el 675.
Como la cripta es más grande que la entrada a la misma, los especialistas consideran que fue construida antes que se hiciera la pirámide. El cadáver de Pakal descansó en un sarcófago de piedra caliza con silueta de cuerpo humano que fue sellado con una lápida de 3.8 por 2.2 metros. Una vez completados los ritos funerarios y sellada también la cámara, se colocaron cinco o seis víctimas sacrificiales en un pequeño recinto delante de la puerta cubierta de yeso.
La escalera que conduce por el interior de la pirámide hasta la tumba, fue rellenada con cascajo y ofrendas de jade, cerámica y conchas. También se colocó un respiradero de piedra, o psicoducto, que sube por las escaleras hasta el piso superior del templo. Según la investigadora Linda Schele, los mayas consideraban que el psicoducto permitía a una mitológica serpiente el paso desde la tumba hacia el mundo de los vivos.
La escena representada sobre la lápida que cubre el sarcófago representa el instante de la muerte de Pakal y su caída al Inframundo. Todo el evento está enmarcado por una franja celeste, con kin (día, sol) en la parte superior derecha o noreste y akbaal (noche, oscuridad) en el extremo izquierdo o noroeste. El paso de Pakal de la vida a la muerte es representado con el movimiento del sol de este a oeste. El fondo de la escena está lleno de signos -conchas, abalorios de jade y otros- que se encuentran sobre volutas de sangre.
En la parte inferior se simbolizan las fauces abiertas del Inframundo. El esqueleto de dos dragones, unidos por la mandíbula inferior, integran el recipiente en forma de U que representa la entrada al mundo de los muertos. Sus labios se curvan hacia adentro, como si estuvieran por cerrarse sobre el cuerpo en caída de Pakal. De ahí arranca el Árbol del Mundo, centro del Universo. Un Pájaro Celestial, símbolo del reino celeste, se halla sobre la copa del árbol
El Árbol del Mundo está marcado especialmente como una entidad sagrada: los signos te (árbol) confirman que es una ceiba. Los signos nen (espejo) lo señalan como algo brillante y poderoso. Una enorme figura del Dios C, símbolo de la sangre y lo sagrado, está inserta en la base del tronco y unida al cuerpo de Pakal. Los extremos de las ramas son los recipientes de la sangría del sacrificio; los dragones de narices cuadradas que salen de aquéllos están rodeados de cilindros y abalorios de jade, lo que los distingue como especialmente sagrados. Cubiertos de joyas, estos dragones contrastan con los dragones esqueléticos que tienen debajo. Los de arriba representan al Cielo, el más sagrado de los tres niveles del cosmos maya; los otros al Inframundo, al que cae Pakal.
Las ramas del Árbol del Mundo son recorridas por una serpiente bicéfala en barra, símbolo maya de la realeza. El cuerpo está hecho de segmentos de jade, lo que de nuevo les da especial valor. Las cabezas que hay a cada extremo de la barra corresponden, rasgo por rasgo, a los de los dragones esqueléticos de las fauces del Inframundo. De éstos salen, al oeste, el Dios K (oscuridad), y al este el Dios Bufón (luz).
Mientras cae por el Árbol del Mundo, Pakal se asienta sobre un monstruo solar. Éste aparece en un estado de transición entre la vida y la muerte: es esquelético de la boca para abajo, pero sus ojos tienen las pupilas dilatadas de los seres vivos. En la vida real, el sol entra en ese estado de transición al amanecer y al ocaso. Aquí, sin embargo, el emblema del monstruo solar contiene un cimi, o signo de la muerte, lo que especifica que la imagen marca la muerte del sol o puesta del sol. El astro, situado en el horizonte, está listo para zambullirse en el Inframundo... y llevará consigo al rey difunto.
Pakal parece tambalearse sobre la cabeza del monstruo solar en una posición irregular. Esta extravagancia señala que también él está en transición de la vida a la muerte. Se desprende de su taparrabo y de las pesadas cuentas de su collar (tiene una parte delantera y otra dorsal), que flota escapándosele del cuerpo; va con las rodillas flexionadas, las manos relajadas, el rostro bien compuesto: no cae aterrado, porque espera vencer a la muerte. Un hueso prendido de su nariz significa que incluso en la muerte lleva consigo la simiente del renacimiento. En maya, los vocablos hueso y semilla grande son homófonos; así pues, el hueso es la semilla de la resurrección de Pakal. Finalmente, Pakal cae como deidad: su frente está penetrada por el cuchillo del dios K. El rey fue dios durante su vida y es dios al caer en la muerte.
LA LÁPIDA DEL SARCÓFAGO DEL REY PAKAL
El Nivel de los Cielos
-1.En la parte superior de la lápida nivel de los cielos, o el mundo de una criatura en forma de pájaro una cruz central. Según apuntan estudiosos, el ave es en parte serpiente parte pájaro, con lo que representa intermedio entre los cielos y la de su cabeza y cola hay dos representaciones del dios sol.
-2. La cruz es en realidad una ceiba, sagrado de los mayas, y se le considera doblemente sagrado cuando brota entrada de una cueva. En la lápida, es la ceiba y la tumba, la caverna, vez significa la entrada al inframundo.
El Mundo de los Vivos
-3. La ceiba gigante tiene una serpiente dos cabezas que enreda su cuerpo las ramas. Estos elementos pertenecen al mundo de los vivos, o mundo.
-4. De las fauces de la serpiente salen dos dioses del mundo medio: el Llamarada, del lado izquierdo, dios Bufón, del lado derecho.
-5. El rey Pakal aparece esculpido su descenso al inframundo, camino que siguen todos los que pasan el mundo de los vivos. Para los mayas el inframundo era, en muchos aspectos, más importante que el mundo de los vivos.
El Inframundo
-6. El signo de cuatro partes sobre cual está sentado el rey simboliza su condición real. Este elemento es el sombrero en la cabeza del gran monstruo que se encuentra en la base de la lápida. Esta criatura es el dios sol del inframundo; su sombrero (muy hundido, a la altura de los ojos) muestra el signo Kin del sol, que es una flor de cuatro pétalos. La nariz del monstruo es la imagen de la del mono araña, que es el Ahau o dios solar. Las quijadas del monstruo son huesos descarnados.
-7. El marco que sostiene la figura de Pakal, como si estuviera en las fauces, son las quijadas superiores de dos serpientes descarnadas. En el centro de éstas, desciende el rey al inframundo.
Invitado- Invitado
Re: Misterios y enigmas del pasado
Es de agradecer que os guste mi esfuerzo, En Emuleteca he mandado los mismos trabajos y ni siquiera contestan, conclusión no recibirán más.
Invitado- Invitado
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