Inventores que han fallecido usando sus inventos.Thomas Andrews, diseñador del Titanic

Si J. Bruce Ismay, presidente de la White Star Line, es considerado el antihéroe de la historia del Titanic, el héroe incuestionable es Thomas Andrews, arquitecto naval jefe, director general del departamento de diseño de Harland and Wolff y jefe del Guarantee Group.

A sus 39 años, Thomas Andrews había alcanzado tales cotas en un tiempo récord. Tras asumir el mando del proyecto del Olympic cuando Alexander Carlisle abandonó la compañía, el Titanic fue el primer barco del que fue responsable de principio a fin. Como era sobrino del presidente del astillero, Lord Pirrie, era considerado el sucesor natural para tomar el control de la compañía tras la jubilación de su tío.

Su juventud
Andrews procedía de una acaudalada familia propietaria de una fábrica de tela de lino en Comber, en el condado de Down, a unos doce kilómetros de Belfast. Thomas y sus tres hermanos varones lograron sobresalir en las carreras que eligieron, como la política, la abogacía y la dirección empresarial. Tras contraer matrimonio con Helen Reilly Barbour en junio de 1908, la pareja se trasladó a Belfast, a una residencia de la avenida Windsor, pero parece que Thomas echaba de menos el condado de Down, pues regresaba allí los fines de semana para jugar al críquet o navegar por el lago Strangford. La pareja tuvo una hija, Elizabeth Law Barbour Andrews, conocida como Elba. El censo de 1911 revela que la familia vivía holgadamente en el número 12 de la avenida Windsor, pues contaba con cinco sirvientes residentes para atenderles. Thomas Andrews indica que su profesión es “constructor de barcos”

   

Trayectoria profesional
Estaba llegando a lo más alto de su carrera cuando se cerró el acuerdo para la construcción del transatlántico de la clase Olympic. Andrews había trabajado en los llamados "cuatro grandes", los barcos que precedieron al Olympic. El Celtic, el Cedric, el Baltic y el Adriatic se consideraban ensayos de lo que Harland and Wolff estaban a punto de construir. Andrews se hizo cargo de los proyectos después de que Carlisle renunciase a su puesto de diseñador jefe, según las crónicas, por una pelea con Lord Pirrie sobre el número de botes salvavidas que debería tener el Olympic.

Thomas Andrews llevó a su esposa a ver el Titanic cuando estaba a punto de completarse su construcción en las aguas del muelle. Al ver a algunos de sus trabajadores, se comenta que le dijo: "Ahí están mis amigos, Nellie". Todos los testimonios sobre Andrews como gerente y director lo retratan como un hombre justo y preocupado por sus operarios.

Conexiones del Olympic
El cuaderno de Andrews sobre el Olympic se conserva en la colección del Museo Popular y de Transporte del Ulster, en las afueras de Belfast. Lo llevaba siempre en el bolsillo de la camisa, y en él anotaba las ideas, los problemas y las soluciones que se le ocurrían. Tenía un cuaderno similar para la construcción del Titanic, pero lo llevaba consigo en sus últimas horas a bordo del mismo. El cuaderno del Olympic demuestra que prestaba una atención exhaustiva y meticulosa a los detalles, lo que quedó patente cuando Andrews fue llamado para evaluar el daño que la colisión con el iceberg produjo en el Titanic.

Últimos días
La última vez que Andrews vio su hogar en Belfast fue la mañana del 2 de abril de 1912. Un coche de caballos lo recogió en la entrada de la avenida Windsor y lo llevó a los astilleros en los que el Titanic iba a realizar las pruebas de mar antes de zarpar a Southampton aquella misma tarde. Andrews probablemente pensó que volver a ver a su esposa y a su hija sería cuestión de semanas. Pero no fue así.

Cuando el Titanic zarpó, el rol de Thomas Andrews era dirigir el Harland and Wolff Guarantee Group, un grupo de hombres especialmente seleccionados cuya misión era crear una lista de contratiempos y problemas imprevistos. Representaban a los departamentos de ingeniería y electricidad, y conformaban un grupo de jóvenes aprendices con diversas especializaciones. Ninguno de estos hombres sobrevivió. Al llegar a Nueva York, Andrews habría sido el representante oficial de la compañía.

Evaluación del daño
Cuando el Titanic chocó con el iceberg a las 23:40 del 14 de abril de 1912, el capitán Smith envió a Andrews a evaluar el alcance del daño y a estimar el destino del barco. Gracias a su extenso conocimiento de la nave, no le llevó mucho tiempo determinar que el daño era irreparable y que, como mucho, tenían dos horas y media antes de que se hundiera por completo.

Últimos momentos
Algunos supervivientes afirmaron que la última vez que vieron a Thomas Andrews estaba contemplando un cuadro en la sala de fumadores de primera clase y que, cuando le preguntaron si intentaría conseguir una plaza en un bote salvavidas, no respondió. Otros testimonios relatan que tiraba sillas de la cubierta por la borda. Fueran cuales fueran sus últimos instantes, la frase con la que prevalece es la de "heroico hasta la muerte". Estas fueron las palabras de su primo James Montgomery en un telegrama que envió desde Nueva York a la familia de Andrews para comunicarles su fallecimiento.

Un héroe histórico
¿Fue Andrews realmente ese héroe que ha retratado la historia? Su sobrino John cuenta con frecuencia que, a sus 39 años, aún no había tenido tiempo de cometer errores. En un mundo necesitado de héroes que tracen la línea que separa el bien y el mal, a Thomas Andrews le han atribuido este papel, aunque no se ha demostrado que sea del todo cierto. Todas los indicios llevan a concluir que su personalidad era arrolladora y que observaba con firmeza el lema de la familia Andrews: "Siempre fiel".

Monumentos conmemorativos y recordatorios
Hay monumentos conmemorativos y recordatorios de Thomas Andrews que pueden visitarse. En su ciudad natal, Comber, un colegio de educación primaria lleva su nombre. Dos años después de su muerte, se erigió un edificio conmemorativo frente a la fábrica de la familia. Su hija pequeña asistió a la ceremonia de inauguración. En la actualidad, y tras haber sido restaurado, el monumento se usa como parte del colegio y como instalación al servicio de la comunidad. El nombre de Andrews es el primero en la lista de honor del monumento conmemorativo al Titanic situado en el Ayuntamiento de Belfast, y en el dedicado a los ingenieros del Titanic en Southampton, Inglaterra. También hay una placa metálica en su memoria en el Ulster Reform Club, en la Royal Avenue de Belfast. En su antigua escuela, la Royal Belfast Academical Institution, la Belfast Titanic Society y la familia Andrews han encargado la restauración de la placa conmemorativa en honor a Andrews y al cirujano de segunda clase del Titanic, el Dr. John Edward Simpson.