¿Un despido o una farsa?
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¿Un despido o una farsa?
¿Un despido o una farsa?
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MADRID - Martes, 5 de mayo del 2015
Luis Bárcenas fue a por lana y ha salido trasquilado. En marzo del 2013, irritado con el PP, acudió a los tribunales para reclamar a su antiguo partido una indemnización por despido improcedente de 900.000 euros. Ahora se ha quedado sin la lana y con una denuncia por fraude a la Seguridad Social y a la Agencia Tributaria por haber declarado como rentas de trabajo los más de 700.000 euros que recibió durante tres años por no hacer nada para el partido y usar sus instalaciones para sus gestiones personales. Una relación nada normal, según los jueces de la Audiencia Provincial de Madrid, que se han negado a declarar nulo un despido que no existió porque Bárcenas y el PP fingieron una relación laboral cuando solo era una de negocios.
Un despido previo
El exdirigente popular ya era un experto en sacar dinero al PP desde que fue contratado en 1982 en la categoría de licenciado. Cinco años después fue despedido por faltar tres días a su trabajo tras un permiso sin sueldo. Entonces tuvo mejor suerte y logró que el partido le abonara una indemnización de 24.000 euros por despido improcedente. Además, cobró el paro entre octubre de 1987 y febrero de 1989, cuando fue recontratado por el PP con la misma categoría. 10 años más tarde fue designado gerente y en el 2008 se le otorgaron poderes de tesorero, cargo que compatibilizó desde el 2004 con el de senador, por lo que sus cotizaciones a la Seguridad Social eran abonadas por la Cámara alta.
En abril del 2010 el PP se hizo cargo de sus cotizaciones sociales después de que hubiera dimitido como parlamentario tras estallar el 'caso Gürtel' y hasta enero del 2013 le pagó un sueldo mensual de 21.300 euros (es decir, 719.000 euros en este periodo). También puso a su disposición un despacho, un coche, secretaria y cada navidad le mandaba una cesta a su casa. Bárcenas sostiene que estas prebendas eran por asesorar al PP, pero lo cierto es que iba a la sede del partido para organizar, por ejemplo, sus viajes.
Por ello, los jueces rechazan que existiera una extinción de su relación laboral, porque «lo normal», dicen, es que el PP le hubiera «mantenido alejado» y despedido porque «su horizonte penal era muy complicado» tras salir a la luz pública sus papeles. Por estos motivos, el tribunal pide a la Seguridad Social, a la oficina de empleo, a la Agencia Tributaria y a la fiscalía que estudien el caso por cotizar para una futura pensión y eludir pagos a Hacienda. El PP tendrá también que responder por la farsa.
El candidato sospechoso
El partido empieza a verse superado por los exdirigentes que se enrocan. El último, Alfonso Rus, que no prevé abandonar la Diputación de Valencia ni la alcaldía de Xàtiva después de que una grabación destapase cómo contaba dinero ilegal. El PP, que le ha suspendido de militancia, no puede impedir que encabece la lista municipal salvo que renuncie voluntariamente.
Helene- Reportera Real
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Inscrito : 02/05/2009
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