Angina de Pecho: síntomas, causas y tratamiento
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Angina de Pecho: síntomas, causas y tratamiento
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Angina de Pecho: La angina de pecho no es una enfermedad propiamente dicha, sino un dolor...
Las arterias coronarias suministran al corazón la cantidad de sangre necesaria para satisfacer las demandas derivadas de la actividad física. Sin embargo, esta capacidad queda restringida en aquellas personas que sufren ateroesclerosis de las arterias coronarias, muchas veces acompañada de otros trastornos que disminuyen la aportación de oxígeno al miocardio, como anemia o una dolencia de las válvulas cardíacas. En estos casos puede ocurrir que el aporte de oxígeno al corazón sea el adecuado para algunas actividades, pero que resulte escaso cuando se practican deportes, o en caso de temperaturas extremas o de fuertes emociones. Éstas son las causas más frecuentes que provocan la aparición de la angina de pecho, y está comprobado que el dolor desaparece cuando disminuye la exigencia de oxígeno adicional.
SÍNTOMAS.
La angina de pecho es una dolencia que, por lo general, no precisa hospitalización. En los hombres raramente aparece antes de los treinta años, y la causa es casi siempre una enfermedad de las arterias coronarias. En las mujeres aparece más tardíamente, generalmente causada por hipertensión, anemia o deficiencias en el funcionamiento de las válvulas cardíacas. El síntoma característico de la angina es un fuerte dolor en el pecho, que puede extenderse hasta la garganta y la mandíbula superior, la espalda y los brazos, principalmente el izquierdo. Se trata de un dolor intenso y sofocante, que con frecuencia se presenta acompañado de una gran sensación de ahogo y de muerte inminente. Con menos frecuencia aparece sólo en los brazos, las muñecas o el cuello, pero se lo reconocerá como angina si surge en situaciones de esfuerzo o estrés emocional, y se alivia con el reposo. Otros síntomas que pueden acompañar al dolor son ciertas dificultades respiratorias, sudoración, náuseas y mareos.
TRATAMIENTO.
Si la persona que sufre una angina es fumadora habitual, será recomendable que abandone o disminuya drásticamente el consumo de tabaco. Si su peso excede del normal, conviene que trate de volver a su peso ideal mediante una dieta adecuada. En cualquier caso, será el médico quien determine si es necesario reducir las actividades cotidianas, o dejará que el afectado reconozca por sí mismo las limitaciones impuestas por la angina a sus actividades físicas. Es importante adoptar una actitud más relajada ante la vida y evitar situaciones que puedan ocasionar emociones intensas, así como reconsiderar la importancia de las preocupaciones habituales, pero sin caer en el círculo vicioso que supone adoptar una vida sedentaria tras una angina de pecho, lo que aumenta el riesgo de volver a sufrirla. La falta de actividad, además, suele causar muchos más casos de angina que las excitaciones o las emociones fuertes.
En cada caso, el médico tratará la enfermedad que provoca la angina. Existen muchos fármacos que aumentan de forma temporal el flujo de sangre al corazón. Entre los más empleados están las tabletas de una asociación de cafeína y nitroglicerina, que se disuelven bajo la lengua y actúan con rapidez disminuyendo el dolor, tanto si se toman antes de cada ataque como en el transcurso de éste. Otros son los agentes bloqueantes betaadrenérgicos, o betabloqueantes, que reducen las necesidades de oxígeno del corazón, provocando una disminución del ritmo cardíaco. Es fundamental utilizar estos fármacos exactamente según la prescripción, ya que una sobredosis puede causar mareos, desmayos y otros efectos secundarios.
Las arterias coronarias suministran al corazón la cantidad de sangre necesaria para satisfacer las demandas derivadas de la actividad física. Sin embargo, esta capacidad queda restringida en aquellas personas que sufren ateroesclerosis de las arterias coronarias, muchas veces acompañada de otros trastornos que disminuyen la aportación de oxígeno al miocardio, como anemia o una dolencia de las válvulas cardíacas. En estos casos puede ocurrir que el aporte de oxígeno al corazón sea el adecuado para algunas actividades, pero que resulte escaso cuando se practican deportes, o en caso de temperaturas extremas o de fuertes emociones. Éstas son las causas más frecuentes que provocan la aparición de la angina de pecho, y está comprobado que el dolor desaparece cuando disminuye la exigencia de oxígeno adicional.
SÍNTOMAS.
La angina de pecho es una dolencia que, por lo general, no precisa hospitalización. En los hombres raramente aparece antes de los treinta años, y la causa es casi siempre una enfermedad de las arterias coronarias. En las mujeres aparece más tardíamente, generalmente causada por hipertensión, anemia o deficiencias en el funcionamiento de las válvulas cardíacas. El síntoma característico de la angina es un fuerte dolor en el pecho, que puede extenderse hasta la garganta y la mandíbula superior, la espalda y los brazos, principalmente el izquierdo. Se trata de un dolor intenso y sofocante, que con frecuencia se presenta acompañado de una gran sensación de ahogo y de muerte inminente. Con menos frecuencia aparece sólo en los brazos, las muñecas o el cuello, pero se lo reconocerá como angina si surge en situaciones de esfuerzo o estrés emocional, y se alivia con el reposo. Otros síntomas que pueden acompañar al dolor son ciertas dificultades respiratorias, sudoración, náuseas y mareos.
TRATAMIENTO.
Si la persona que sufre una angina es fumadora habitual, será recomendable que abandone o disminuya drásticamente el consumo de tabaco. Si su peso excede del normal, conviene que trate de volver a su peso ideal mediante una dieta adecuada. En cualquier caso, será el médico quien determine si es necesario reducir las actividades cotidianas, o dejará que el afectado reconozca por sí mismo las limitaciones impuestas por la angina a sus actividades físicas. Es importante adoptar una actitud más relajada ante la vida y evitar situaciones que puedan ocasionar emociones intensas, así como reconsiderar la importancia de las preocupaciones habituales, pero sin caer en el círculo vicioso que supone adoptar una vida sedentaria tras una angina de pecho, lo que aumenta el riesgo de volver a sufrirla. La falta de actividad, además, suele causar muchos más casos de angina que las excitaciones o las emociones fuertes.
En cada caso, el médico tratará la enfermedad que provoca la angina. Existen muchos fármacos que aumentan de forma temporal el flujo de sangre al corazón. Entre los más empleados están las tabletas de una asociación de cafeína y nitroglicerina, que se disuelven bajo la lengua y actúan con rapidez disminuyendo el dolor, tanto si se toman antes de cada ataque como en el transcurso de éste. Otros son los agentes bloqueantes betaadrenérgicos, o betabloqueantes, que reducen las necesidades de oxígeno del corazón, provocando una disminución del ritmo cardíaco. Es fundamental utilizar estos fármacos exactamente según la prescripción, ya que una sobredosis puede causar mareos, desmayos y otros efectos secundarios.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Pe.
Mariquita Pe- Cocinera Real
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