Luigi Clemente Bartolomeo Ernesto Schiaparelli
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Luigi Clemente Bartolomeo Ernesto Schiaparelli
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12-07-1856 Occhiepo Inferiore (Italia) / 14-02-1928 Turín (Italia)
Luigi Clemente Bartolomeo Ernesto Schiaparelli nació el 12 de julio de 1856 en la localidad de Occhiepo Inferiore, en el Piamonte italiano, siendo sus padres Luigi Clemente Schiaparelli y Francesca Corona; una acomodada familia de la región a la que también pertenecían personajes tan ilustres de la ciencia italiana como sus primos: el astrónomo Giovanni Virginio Schiaparelli (1835-1910) y el arabista Celestino Schiaparelli (1841-1919), entre otros.
Desde muy temprana edad, su padre, profesor de Historia Antigua en la Università degli Studi de Turín, le inculcó su gran pasión por las civilizaciones antiguas y, en una ciudad como Turín, en la que su Regio Museo d’Antichità ed Egizio (hoy Museo Egizio) contaba con una importante colección, la curiosidad por la labor de su padre y la fascinación por el museo dirigió al joven Schiaparelli a la Facultad de Letras dónde estudió gramática egipcia de la mano del profesor y egiptólogo italiano Francesco Rossi (1827-1912).
Laureado en Letras el 13 de julio de 1877 con una tesis sobre antigüedades egipcias, con el propósito de perfeccionar sus estudios se trasladó a la parisina École Pratique des Hautes Études dónde tuvo la fortuna de ser instruido por el eminente egiptólogo Gaston C. Ch. Maspero (1846-1916), que marcó definitivamente su futuro. Tras permanecer en París durante un año (1880), el 2 de noviembre de 1881 era nombrado director de la Administración Provincial del Arte Antiguo del muy renovado Museo Egizio y Etrusco de Florencia para el que ordenó y catalogó lo adquirido por el pionero de la egiptología italiana, Ippolito Rosellini (1800-1843). En ese transcurso realizó su primer viaje a Egipto (1884) y tuvo su primer contacto con la arqueología en lugares como Bubastis, Tebas, Tell el-Amarna, Ajmin (1884-1885) y Asuán (1887), además de trabajar en labores epigráficas para el Service des Antiquités egipcio (1889). El 30 de septiembre de 1894 era llamado a suceder a su antiguo profesor, Francesco Rossi, en la dirección del Regio Museo d’Antichità ed Egizio, que compaginó desde el 3 de junio de 1897 con el de profesor de Egiptología en la Università degli Studi de Turín, o desde el 23 de julio de ese mismo año con el de miembro de la prestigiosa institución italiana, la Accademia dei Lincei.
Pero en un momento como el de finales del XIX, en el que todos los grandes museos europeos se hallaban inmersos en una frenética carrera por adquirir bienes arqueológicos egipcios, ante la indiferencia de las autoridades ministeriales italianas, consiguió del rey Víctor Manuel III de Italia el auspicio para adquirir bienes arqueológicos en Egipto (1901). Años después, y por expreso deseo del monarca, dirigió la misión arqueológica italiana en Egipto (1903-1915 y 1920) que, a pesar de los escasos recursos con los que se dotó, pero en gran medida, gracias a la amistad que mantenía con el que fuera su profesor, Gaston Maspero, por entonces Director del Département des Antiquités, le fueron concedidas unas licencias que le permitieron acceder a la Necrópolis de Guiza, en la que descubrió algunos vestigios del Templo de la Pirámide de Jufu (1903), Heliópolis, dónde halló restos del templo de Ra-Horajty, algunas construcciones del Predinástico y primeras dinastías (1903-1906), Qau el-Kebir (1905), en Deir el-Medina la capilla de Sethy I y la tumba intacta de Ja, arquitecto real de la Dinastía XVIII (1906) y el Valle de las Reinas que excavó de forma sistemática junto a su ayudante Francesco Ballerini (1877-1910) en las que descubrió las QV30, QV36, QV38, QV40, QV42, QV43, QV44, QV46, QV47, QV55, QV56 y la que por su rica decoración colorista sobre estuco está considerada la mejor tumba jamás construida en el Valle y una de las más importantes de todo Egipto; la tumba de la reina Nefertari, la QV66 (1903-1905).
Agotado por su trabajo, pero considerando que aún quedaba mucho por descubrir, en la búsqueda de otros destinos, emprendió sus últimas excavaciones en Gebelein (1910-11,14,20), en las que halló intactas la llamada “Tumba del Desconocido” y la del tesorero real Ini, del Reino Antiguo y Medio respectivamente. Todo lo conseguido (alrededor de 17.000 piezas) proporcionó a Ernesto Schiaparelli el material necesario para hacer de la colección del Museo Egizio de Turín una de las más completas del mundo.
Su bibliografía fue muy escasa, pero entre ella destacan los 3 volúmenes de, Il libro dei Funerali degli Antichi Egiziani, ricavato da Monumenti inediti (1881-1890) que versando sobre los papiros funerarios y el Libro de los Muertos rivalizó con lo publicado por Henry E. Naville (1844-1926). También podemos citar de su Relazione sui lavori della Missione Archeologica Italiana in Egitto, un primer volumen; Esplorazione della ‘Valle delle Regina” nella necrópolis di Tebe (1924) y un segundo; La Tomba intatta dell’architetto Cha nella necrópolis di Tebi (1927), que constituyen prácticamente sus únicos trabajos dedicados a su labor arqueológica lo que le ha valido no pocas críticas. Del resto, salvo breves informes, dejó sin publicar.
Durante sus últimos años recibió diversas condecoraciones italianas, continuó participando con los misioneros italianos en numerosas labores humanitarias contra la pobreza extrema en Europa, Oriente Próximo, Etiopía y China, e influyó en la política italiana al ser nombrado senador por Benito Mussolini (18 de septiembre de 1924) hasta que le sobrevino la muerte el 14 de febrero de 1928 en Turín. Su funeral se celebró con honores de estado tras lo cual sus restos fueron conducidos al panteón familiar de los Schiaparelli en su ciudad natal, Occhiepo Inferiore.
gracias a amigos de la egiptologia
12-07-1856 Occhiepo Inferiore (Italia) / 14-02-1928 Turín (Italia)
Luigi Clemente Bartolomeo Ernesto Schiaparelli nació el 12 de julio de 1856 en la localidad de Occhiepo Inferiore, en el Piamonte italiano, siendo sus padres Luigi Clemente Schiaparelli y Francesca Corona; una acomodada familia de la región a la que también pertenecían personajes tan ilustres de la ciencia italiana como sus primos: el astrónomo Giovanni Virginio Schiaparelli (1835-1910) y el arabista Celestino Schiaparelli (1841-1919), entre otros.
Desde muy temprana edad, su padre, profesor de Historia Antigua en la Università degli Studi de Turín, le inculcó su gran pasión por las civilizaciones antiguas y, en una ciudad como Turín, en la que su Regio Museo d’Antichità ed Egizio (hoy Museo Egizio) contaba con una importante colección, la curiosidad por la labor de su padre y la fascinación por el museo dirigió al joven Schiaparelli a la Facultad de Letras dónde estudió gramática egipcia de la mano del profesor y egiptólogo italiano Francesco Rossi (1827-1912).
Laureado en Letras el 13 de julio de 1877 con una tesis sobre antigüedades egipcias, con el propósito de perfeccionar sus estudios se trasladó a la parisina École Pratique des Hautes Études dónde tuvo la fortuna de ser instruido por el eminente egiptólogo Gaston C. Ch. Maspero (1846-1916), que marcó definitivamente su futuro. Tras permanecer en París durante un año (1880), el 2 de noviembre de 1881 era nombrado director de la Administración Provincial del Arte Antiguo del muy renovado Museo Egizio y Etrusco de Florencia para el que ordenó y catalogó lo adquirido por el pionero de la egiptología italiana, Ippolito Rosellini (1800-1843). En ese transcurso realizó su primer viaje a Egipto (1884) y tuvo su primer contacto con la arqueología en lugares como Bubastis, Tebas, Tell el-Amarna, Ajmin (1884-1885) y Asuán (1887), además de trabajar en labores epigráficas para el Service des Antiquités egipcio (1889). El 30 de septiembre de 1894 era llamado a suceder a su antiguo profesor, Francesco Rossi, en la dirección del Regio Museo d’Antichità ed Egizio, que compaginó desde el 3 de junio de 1897 con el de profesor de Egiptología en la Università degli Studi de Turín, o desde el 23 de julio de ese mismo año con el de miembro de la prestigiosa institución italiana, la Accademia dei Lincei.
Pero en un momento como el de finales del XIX, en el que todos los grandes museos europeos se hallaban inmersos en una frenética carrera por adquirir bienes arqueológicos egipcios, ante la indiferencia de las autoridades ministeriales italianas, consiguió del rey Víctor Manuel III de Italia el auspicio para adquirir bienes arqueológicos en Egipto (1901). Años después, y por expreso deseo del monarca, dirigió la misión arqueológica italiana en Egipto (1903-1915 y 1920) que, a pesar de los escasos recursos con los que se dotó, pero en gran medida, gracias a la amistad que mantenía con el que fuera su profesor, Gaston Maspero, por entonces Director del Département des Antiquités, le fueron concedidas unas licencias que le permitieron acceder a la Necrópolis de Guiza, en la que descubrió algunos vestigios del Templo de la Pirámide de Jufu (1903), Heliópolis, dónde halló restos del templo de Ra-Horajty, algunas construcciones del Predinástico y primeras dinastías (1903-1906), Qau el-Kebir (1905), en Deir el-Medina la capilla de Sethy I y la tumba intacta de Ja, arquitecto real de la Dinastía XVIII (1906) y el Valle de las Reinas que excavó de forma sistemática junto a su ayudante Francesco Ballerini (1877-1910) en las que descubrió las QV30, QV36, QV38, QV40, QV42, QV43, QV44, QV46, QV47, QV55, QV56 y la que por su rica decoración colorista sobre estuco está considerada la mejor tumba jamás construida en el Valle y una de las más importantes de todo Egipto; la tumba de la reina Nefertari, la QV66 (1903-1905).
Agotado por su trabajo, pero considerando que aún quedaba mucho por descubrir, en la búsqueda de otros destinos, emprendió sus últimas excavaciones en Gebelein (1910-11,14,20), en las que halló intactas la llamada “Tumba del Desconocido” y la del tesorero real Ini, del Reino Antiguo y Medio respectivamente. Todo lo conseguido (alrededor de 17.000 piezas) proporcionó a Ernesto Schiaparelli el material necesario para hacer de la colección del Museo Egizio de Turín una de las más completas del mundo.
Su bibliografía fue muy escasa, pero entre ella destacan los 3 volúmenes de, Il libro dei Funerali degli Antichi Egiziani, ricavato da Monumenti inediti (1881-1890) que versando sobre los papiros funerarios y el Libro de los Muertos rivalizó con lo publicado por Henry E. Naville (1844-1926). También podemos citar de su Relazione sui lavori della Missione Archeologica Italiana in Egitto, un primer volumen; Esplorazione della ‘Valle delle Regina” nella necrópolis di Tebe (1924) y un segundo; La Tomba intatta dell’architetto Cha nella necrópolis di Tebi (1927), que constituyen prácticamente sus únicos trabajos dedicados a su labor arqueológica lo que le ha valido no pocas críticas. Del resto, salvo breves informes, dejó sin publicar.
Durante sus últimos años recibió diversas condecoraciones italianas, continuó participando con los misioneros italianos en numerosas labores humanitarias contra la pobreza extrema en Europa, Oriente Próximo, Etiopía y China, e influyó en la política italiana al ser nombrado senador por Benito Mussolini (18 de septiembre de 1924) hasta que le sobrevino la muerte el 14 de febrero de 1928 en Turín. Su funeral se celebró con honores de estado tras lo cual sus restos fueron conducidos al panteón familiar de los Schiaparelli en su ciudad natal, Occhiepo Inferiore.
Re: Luigi Clemente Bartolomeo Ernesto Schiaparelli
Publicaciones de ERNESTO SCHIAPARELLI
Del sentimento religioso degli antichi Egiziani secondo i monumenti. Discussione di laurea in Lettere, Turín, 1877.
«Il libro dei funerali in Egitto», Atti IV Cogr. Int. Degli Orientalisti di Firenze 1878 (1880), pp. 1-14.
Il Libro dei Funerali degli Antighi Egiziani, ricavato da Monumenti inediti (3 vol.), Roma-Turín-Florencia, 1881-1890.
«Sulle scoperte avvenute presso l’Iseo. Lettera del prof. Ernesto Schiaparelli al sig. Rodolfo Lanciani», BCACR (1882), pp. 61-103.
Le migrazioni degli antichi popoli dell’Asia Minore studiate col sussidio dei monumenti egiziani, Roma, 1883.
«RR. Gallerie e Musei di Firenze. Guida al Museo Archeologico 1», Antichità egiziane (1883), p. 40.
Monumenti egiziani rinvenuti in Roma sull’area del Campo Marzio, Roma, 1883.
«Il significato simbolico delle Piramidi egiziane secondo i monumenti», Atti Acc. Lincei (1884), pp. 121-161.
«Chemmis (Achmin) e la sua antica necropoli», Etudes Leemans (1885), pp. 85-88.
Di una recente pubblicazion sulla storia delle religioni, Florencia, 1885.
Museo Archeologico di Firenze. Antichità Egizie, Roma, 1887.
«Due iscrizione inedite del Museo Egizio di Firenze», OSAI 2 (1887), pp. 1-16.
«Cronaca egiziana (1887-1888), scavi e scoperte. Bubasti, Luqsor, Tell el-Amarna», OSAI 3 (1888), pp. 149-156.
«Studi sull’antico Egitto. La catena orientale dell’Egitto. Notizie geografiche, archeologiche ed etnographiche», OSAI 4 (1890), pp. 3-128.
Les Hypogées Royaux Thèbes (con E. Lefébure y E. Naville), París, 1890.
Una tomba egiziana della VI dinastia con iscrizioni storiche e geroglifiche, Roma, 1892.
«Di un’iscrizione inedita del regno di Amenofi I», Acta Huitième Congr. Int. des Orientalistes, Stockholm 1889 (1892), pp. 201-208.
«Di una iscrizione geografica», Bull. della Sezione Fiorentina della Società Africana d’Italia (1892).
«Antichità egiziane del Museo di Cortona», OSAI 7 (1893), pp. 317-338.
«Le tombeau de Hirchuf a Assouan», BSGE 3 (1893), pp. 784-785.
«Antichità egizie scoperte entro l’abitato di Benevento», Notizie degli Scavi d’Antichità Luglio 1893 (1894), pp. 267-274.
«La configurazione geografica dell’Alto Egitto in relazione con la sua antica civiltà», Cosmos S.II-T.12 (1894-1896), pp. 225-238.
«Résumé de la communication faite sur la géographie de la Nubie et des parties environnantes d’après les monuments égyptiens», Actes du dixième Congr. Int. des Orientalistes, Genève 1894 (1897), pp. 103-108.
«Di un vaso fenicio rinvenuto in una tomba della Necropoli di Tarquinia», Atti Acc. Lincei 8 (1898), pp. 89-100.
«Les papyrus égyptiens de Turín», Revue Egyptologique 9 (1900), pp. 106-107.
«La geografia dell’Africa Orientale secondo le indicazioni dei monumenti egiziani », Atti Acc. Lincei (1909-1912-1925).
Alcune annotazioni etnologiche, Nápoles, 1916.
«La missione Italiana a Ghebelein», ASAE 21 (1921), pp. 126-128.
«La cronologia egiziana e l’ipotesi sotiaca», BEHE (1922), pp. 133-151.
Relazione sui lavori della Missione Archeologica Italiana in Egitto (anni 1903-1920). Vol. 1, Esplorazione della "Valle delle Regine" nella necropoli di Tebe, Turín, 1924. Vol. 2, La tomba intatta dell'architetto “Cha” nella necropoli di Tebe, Turín, 1927.
Bibliografía
P. BAROCELLI, «Commemorazione del socio Ernesto Schiaparelli», Atti Acc. Scienze di Torino 63 (1928), p. 397.
P. BAROCELLI, «Ernesto Schiaparelli», Historia 8 (1928).
R. BOSCAINI, «La lunga storia dell’Associazione Schiaparelli», Osservatore Romano de 14 abril de 1991, p. 67.
G. BOTTI, Ernesto Schiaparelli, ricordando il Maestro nel 13º annuale della sua morte, Turín, 1941.
A. CALDERINI, «Ernesto Schiaparelli», Aegyptus 8 (1928), pp. 337-338.
S. CURTO, Gli scavi italiani a el-Ghiza 1903, Roma, 1963.
W.R. DAWSON y E.P. UPHILL, Who was who in Egyptology, Londres, 1995 (3ª edición).
G. FARINA, «Ernesto Schiaparelli», Enc. It. 31 (1928), p. 77.
B. MOISO, Ernesto Schiaparelli e la tomba di Kha, Turín, 2008.
R. PARIBENI, Commemorazione del Senatore Ernesto Schiaparelli in occasione dello scoprimento del busto che lo ricorda in una sala del Museo di Antichità di Torino, alla presenza di S.A.R. il Principe di Piemonte, 4 Giugno 1931, Turín, 1931.
H. STECKEWEH, Die Fürstengräber von Qaw, Leipzig, 1936.
A. TULLI, «Ernesto Schiaparelli, 1856-1928», AEN 13 (1928), pp. 52-54.
Del sentimento religioso degli antichi Egiziani secondo i monumenti. Discussione di laurea in Lettere, Turín, 1877.
«Il libro dei funerali in Egitto», Atti IV Cogr. Int. Degli Orientalisti di Firenze 1878 (1880), pp. 1-14.
Il Libro dei Funerali degli Antighi Egiziani, ricavato da Monumenti inediti (3 vol.), Roma-Turín-Florencia, 1881-1890.
«Sulle scoperte avvenute presso l’Iseo. Lettera del prof. Ernesto Schiaparelli al sig. Rodolfo Lanciani», BCACR (1882), pp. 61-103.
Le migrazioni degli antichi popoli dell’Asia Minore studiate col sussidio dei monumenti egiziani, Roma, 1883.
«RR. Gallerie e Musei di Firenze. Guida al Museo Archeologico 1», Antichità egiziane (1883), p. 40.
Monumenti egiziani rinvenuti in Roma sull’area del Campo Marzio, Roma, 1883.
«Il significato simbolico delle Piramidi egiziane secondo i monumenti», Atti Acc. Lincei (1884), pp. 121-161.
«Chemmis (Achmin) e la sua antica necropoli», Etudes Leemans (1885), pp. 85-88.
Di una recente pubblicazion sulla storia delle religioni, Florencia, 1885.
Museo Archeologico di Firenze. Antichità Egizie, Roma, 1887.
«Due iscrizione inedite del Museo Egizio di Firenze», OSAI 2 (1887), pp. 1-16.
«Cronaca egiziana (1887-1888), scavi e scoperte. Bubasti, Luqsor, Tell el-Amarna», OSAI 3 (1888), pp. 149-156.
«Studi sull’antico Egitto. La catena orientale dell’Egitto. Notizie geografiche, archeologiche ed etnographiche», OSAI 4 (1890), pp. 3-128.
Les Hypogées Royaux Thèbes (con E. Lefébure y E. Naville), París, 1890.
Una tomba egiziana della VI dinastia con iscrizioni storiche e geroglifiche, Roma, 1892.
«Di un’iscrizione inedita del regno di Amenofi I», Acta Huitième Congr. Int. des Orientalistes, Stockholm 1889 (1892), pp. 201-208.
«Di una iscrizione geografica», Bull. della Sezione Fiorentina della Società Africana d’Italia (1892).
«Antichità egiziane del Museo di Cortona», OSAI 7 (1893), pp. 317-338.
«Le tombeau de Hirchuf a Assouan», BSGE 3 (1893), pp. 784-785.
«Antichità egizie scoperte entro l’abitato di Benevento», Notizie degli Scavi d’Antichità Luglio 1893 (1894), pp. 267-274.
«La configurazione geografica dell’Alto Egitto in relazione con la sua antica civiltà», Cosmos S.II-T.12 (1894-1896), pp. 225-238.
«Résumé de la communication faite sur la géographie de la Nubie et des parties environnantes d’après les monuments égyptiens», Actes du dixième Congr. Int. des Orientalistes, Genève 1894 (1897), pp. 103-108.
«Di un vaso fenicio rinvenuto in una tomba della Necropoli di Tarquinia», Atti Acc. Lincei 8 (1898), pp. 89-100.
«Les papyrus égyptiens de Turín», Revue Egyptologique 9 (1900), pp. 106-107.
«La geografia dell’Africa Orientale secondo le indicazioni dei monumenti egiziani », Atti Acc. Lincei (1909-1912-1925).
Alcune annotazioni etnologiche, Nápoles, 1916.
«La missione Italiana a Ghebelein», ASAE 21 (1921), pp. 126-128.
«La cronologia egiziana e l’ipotesi sotiaca», BEHE (1922), pp. 133-151.
Relazione sui lavori della Missione Archeologica Italiana in Egitto (anni 1903-1920). Vol. 1, Esplorazione della "Valle delle Regine" nella necropoli di Tebe, Turín, 1924. Vol. 2, La tomba intatta dell'architetto “Cha” nella necropoli di Tebe, Turín, 1927.
Bibliografía
P. BAROCELLI, «Commemorazione del socio Ernesto Schiaparelli», Atti Acc. Scienze di Torino 63 (1928), p. 397.
P. BAROCELLI, «Ernesto Schiaparelli», Historia 8 (1928).
R. BOSCAINI, «La lunga storia dell’Associazione Schiaparelli», Osservatore Romano de 14 abril de 1991, p. 67.
G. BOTTI, Ernesto Schiaparelli, ricordando il Maestro nel 13º annuale della sua morte, Turín, 1941.
A. CALDERINI, «Ernesto Schiaparelli», Aegyptus 8 (1928), pp. 337-338.
S. CURTO, Gli scavi italiani a el-Ghiza 1903, Roma, 1963.
W.R. DAWSON y E.P. UPHILL, Who was who in Egyptology, Londres, 1995 (3ª edición).
G. FARINA, «Ernesto Schiaparelli», Enc. It. 31 (1928), p. 77.
B. MOISO, Ernesto Schiaparelli e la tomba di Kha, Turín, 2008.
R. PARIBENI, Commemorazione del Senatore Ernesto Schiaparelli in occasione dello scoprimento del busto che lo ricorda in una sala del Museo di Antichità di Torino, alla presenza di S.A.R. il Principe di Piemonte, 4 Giugno 1931, Turín, 1931.
H. STECKEWEH, Die Fürstengräber von Qaw, Leipzig, 1936.
A. TULLI, «Ernesto Schiaparelli, 1856-1928», AEN 13 (1928), pp. 52-54.
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