Diabetes;síntomas, causas y tratamiento
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Diabetes;síntomas, causas y tratamiento
DIABETES: ENFERMEDADES, CAUSAS, SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO.
Existen varios tipos de diabetes, pero se desconoce con precisión el origen o el factor que las causa. La más común es la diabetes mellitus, que se debe a una deficiencia o falta total de la insulina que produce el páncreas. La ausencia de insulina da lugar a una baja absorción de glucosa, o azúcar, lo que provoca un aumento circulante en la sangre.
La diabetes es una enfermedad extendida por todo el mundo y padecida por millones de personas. Se produce debo a un fallo en la producción de insulina o a la falta de eficacia de ésta en su acción sobre el organismo. La insulina es una hormona, o mensajero químico orgánico, que regula el nivel de azúcar en la sangre. Sus dos funciones fundamentales consisten en facilitar que la glucosa sea almacenada en el hígado, que la liberará cuando las células necesiten más energía, y en permitir que sea asimilada por las células, ya que no pueden emplearla directamente.
DIABETES MELLITUS.
Esta dolencia se caracteriza por la incapacidad del páncreas para fabricar insulina en las cantidades requeridas por el organismo. Cuando las células del páncreas se encuentran alteradas, no fabrican la insulina necesaria, y como resultado de ello se produce una baja absorción de glucosa, tanto por las células como por el hígado, y por consiguiente se eleva el nivel de glucosa en la sangre.
Hay dos formas principales de diabetes mellitus: la que afecta a las personas de edades media y avanzada, que es la insulinoindependiente, y la que, por lo general, afecta a los jóvenes, llamada insulinodependiente. Cualquiera de estas formas de diabetes puede ser producida por hormonales, como la acromegalia, la tirotoxicosis, el hipertiroidismo, o el síndrome de Cushing. En estos casos, la diabetes producida se conoce como «diabetes secundaria», y puede persistir incluso después de los tratamientos realizados con éxito para combatir la enfermedad que la ha provocado.
DIABETES INSULINOINDEPENDIENTE.
Esta forma de diabetes suele afectar sobre todo a las personas mayores de 40 años, y casi la tercera parte de éstas cuentan con antecedentes familiares que han padecido la enfermedad. Es decir, que los factores genéticos o hereditarios tienen una importancia notable en su aparición. Las células del páncreas producen insulina, pero en cantidades insuficientes para las necesidades del organismo. Los pacientes suelen tener exceso de peso, ya que comen demasiado y, en consecuencia, mantienen una cantidad excesiva de glucosa en la sangre, mientras que la cantidad de insulina que produce su páncreas no alcanza para regularla.
DIABETES INSULINODEPENDIENTE.
Las personas jóvenes son las más afectadas por este tipo de diabetes, en la cual el páncreas produce muy poca o ninguna insulina, por lo que, para su tratamiento, deben inyectarse periódicamente, una o varias veces al día, esta sustancia. Se cree que la diabetes insulinodependiente se produce por un problema de autoinmunidad, que destruye o daña de forma permanente las células que fabrican la insulina. El organismo de estos pacientes se encuentra imposibilitado para absorber la glucosa de la sangre debido a la falta de insulina, por lo que las células consiguen su energía quemando grasas, que no pueden aprovecharse bien sin la glucosa, y producen gran cantidad de ácido en la sangre.
SÍNTOMAS.
La manifestación más común de la diabetes, cualquiera que sea su tipo, es la excesiva pérdida de líquido durante la orina, lo que suele provocar sed permanente en la persona que la padece. Esto se debe a que el exceso de glucosa en la sangre se elimina por la orina, para lo cual debe aumentarse el volumen de orina. Los microbios se multiplican en la orina azucarada y pueden ser causa de procesos infecciosos en el tracto urinario, como cistitis, balanitis y prurito vulvar.
La deficiencia de glucosa en las células del organismo produce un gran cansancio, debilidad y apatía. Otros síntomas posibles son la pérdida de peso, sobre todo en los diabéticos insulinodependientes, hormigueo en las manos y en los pies, calambres en las piernas, poca resistencia a las infecciones, visión borrosa debido al exceso de glucosa en el líquido ocular, impotencia en los hombres y amenorrea en las mujeres. Los diabéticos insulinodependientes perciben los síntomas en semanas o en meses, al contrario de los insulinoindependientes, en los que se pueden manifestar pasados varios años después de la declaración de la enfermedad.
COMPLICACIONES.
Aunque hace años la diabetes era una enfermedad mortal, los avances científicos han logrado que deje de serlo, si bien se deben tener en cuenta los riesgos que representa. Los diabéticos insulinodependientes pueden sufrir un coma hiperglucémico, que puede ocurrir antes de que se inicie el tratamiento o después de alguna infección, como la gripe, y cuyos síntomas son la somnolencia, acompañada de micción incesante e intensa sed, e incluso pérdidas periódicas del conocimiento. Este proceso se desencadena debido a que el organismo utiliza las grasas como sustituto de la glucosa, lo que origina la formación de ácidos y productos de desecho, denominados cuerpos cetónicos. Con un tratamiento clínico inmediato, el paciente en coma se recupera por completo.
Otras complicaciones de la diabetes se producen escasas veces, y casi siempre en un período entre 15 y 20 años después de la aparición de la enfermedad. Pueden aparecer dolencias, como consecuencia de la diabetes, que afectan la visión, los nervios o los riñones, e incluyen la retinopatía diabética, la neuropatía periférica y la insuficiencia renal crónica. Además, los diabéticos corren un riesgo, más alto que el resto de personas, de padecer arteriosclerosis, con el peligro consiguiente de apoplejía, ataques cardíacos e hipertensión arterial. Los vasos sanguíneos que van a las piernas se estrechan, y esto provoca calambres, pies fríos, dolor al andar e incluso úlceras o gangrena seca. Aunque los diabéticos deben estar informados sobre su higiene personal, cabe señalar que para evitar que las heridas o los cortes produzcan gangrena debe evitarse cortar en demasía las uñas, los zapatos deben ser cómodos, y los callos o las uñas de los dedos de los pies que crecen hacia dentro han de ser tratados por un podólogo. Asimismo, si alguna herida no cicatriza en el término de diez días, es conveniente consultar a un médico.
TRATAMIENTO.
Debido a que la diabetes no tiene cura, el enfermo deberá seguir un tratamiento a lo largo de su vida, que se administrará por sí mismo. Por esta razón, la efectividad del tratamiento depende de cada diabético.
Diabetes insulinoindependiente.
Esta forma de la enfermedad sólo puede combatirse mediante la dieta en un tercio de los casos, si bien a todos los afectados se les recomienda practicar ejercicios moderados y de forma regular. En los casos leves, en particular aquellas personas que pueden bajar de peso, la disminución en el consumo de aquellos alimentos que son ricos en azúcares puede ser suficiente para normalizar el nivel de la glucosa en la sangre. Si la dieta no alcanzara para equilibrar la relación sanguínea entre la glucosa y la insulina, es probable que el médico prescriba acompañarla con tabletas hipoglucemiantes, que disminuyen la glucosa circulante. Pero si el tratamiento basado en la dieta no fuera suficiente, se recurrirá a las inyecciones periódicas de insulina.
Diabetes insulinodependiente.
Para tratar este tipo de diabetes, además de una dieta específica, se prescriben las inyecciones periódicas de insulina. Cabe señalar que la insulina con que se trata a los enfermos se extrae del páncreas de los bueyes o de los cerdos, o bien se sintetiza siguiendo un proceso de ingeniería genética. Además, la única manera de administrar insulina es mediante inyecciones, ya que la tomada por vía oral es destruida por los jugos digestivos antes de que pueda ser absorbida por la sangre. Todos los pacientes, incluso los niños a partir de los 10 años, deben asumir la responsabilidad de inyectarse a sí mismos una o varias dosis por día de esta sustancia.
De todas maneras, las técnicas de administración de insulina se están perfeccionando; así, el peninyector (pluma), consiste en un cartucho de insulina, situado en el interior de un estuche semejante a un bolígrafo. La bomba de inyección se adhiere al cuerpo mediante un cinturón, y está formada por un catéter insertado bajo la piel del abdomen, junto con una pequeña bomba de infusión, del tamaño de un paquete de tabaco. Además, para mantener estabilizado el aporte de glucosa a la sangre, debe observarse de forma estricta el horario de comidas indicado por el médico. Para comprobar la efectividad del tratamiento deben realizarse diferentes pruebas, en algunos casos varias veces por día, para medir la cantidad de glucosa en la corriente sanguínea, mediante tiras reactivas o analizadores electrónicos de glucemia, de pequeño tamaño y muy manejables.
HIPOGLUCEMIA.
La hipoglucemia es la existencia de un bajo nivel de azúcar en la sangre; o sea, que se presenta la situación inversa de la hiperglucemia. Esta dolencia es característica de los enfermos de diabetes mellitus, que se arriesgan a padecerla cuando se administran un exceso de insulina, no mantienen los horarios prescritos para las comidas o practican ejercicios físicos violentos o prolongados.
Los síntomas son malestar, seguido de sudoración abundante; también pueden presentarse mareos, debilidad, temblores, inestabilidad, hambre, dolor de cabeza, visión borrosa, hormigueos en los labios o en las manos, e incluso pérdida del conocimiento. Ante estos síntomas se debe ingerir azúcar, dulces o tabletas de glucosa, que equilibran de forma rápida la proporción sanguínea. De todas maneras, es conveniente consultar a un médico tanto si la crisis de hipoglucemia se prolonga como una vez superada.
Existen varios tipos de diabetes, pero se desconoce con precisión el origen o el factor que las causa. La más común es la diabetes mellitus, que se debe a una deficiencia o falta total de la insulina que produce el páncreas. La ausencia de insulina da lugar a una baja absorción de glucosa, o azúcar, lo que provoca un aumento circulante en la sangre.
La diabetes es una enfermedad extendida por todo el mundo y padecida por millones de personas. Se produce debo a un fallo en la producción de insulina o a la falta de eficacia de ésta en su acción sobre el organismo. La insulina es una hormona, o mensajero químico orgánico, que regula el nivel de azúcar en la sangre. Sus dos funciones fundamentales consisten en facilitar que la glucosa sea almacenada en el hígado, que la liberará cuando las células necesiten más energía, y en permitir que sea asimilada por las células, ya que no pueden emplearla directamente.
DIABETES MELLITUS.
Esta dolencia se caracteriza por la incapacidad del páncreas para fabricar insulina en las cantidades requeridas por el organismo. Cuando las células del páncreas se encuentran alteradas, no fabrican la insulina necesaria, y como resultado de ello se produce una baja absorción de glucosa, tanto por las células como por el hígado, y por consiguiente se eleva el nivel de glucosa en la sangre.
Hay dos formas principales de diabetes mellitus: la que afecta a las personas de edades media y avanzada, que es la insulinoindependiente, y la que, por lo general, afecta a los jóvenes, llamada insulinodependiente. Cualquiera de estas formas de diabetes puede ser producida por hormonales, como la acromegalia, la tirotoxicosis, el hipertiroidismo, o el síndrome de Cushing. En estos casos, la diabetes producida se conoce como «diabetes secundaria», y puede persistir incluso después de los tratamientos realizados con éxito para combatir la enfermedad que la ha provocado.
DIABETES INSULINOINDEPENDIENTE.
Esta forma de diabetes suele afectar sobre todo a las personas mayores de 40 años, y casi la tercera parte de éstas cuentan con antecedentes familiares que han padecido la enfermedad. Es decir, que los factores genéticos o hereditarios tienen una importancia notable en su aparición. Las células del páncreas producen insulina, pero en cantidades insuficientes para las necesidades del organismo. Los pacientes suelen tener exceso de peso, ya que comen demasiado y, en consecuencia, mantienen una cantidad excesiva de glucosa en la sangre, mientras que la cantidad de insulina que produce su páncreas no alcanza para regularla.
DIABETES INSULINODEPENDIENTE.
Las personas jóvenes son las más afectadas por este tipo de diabetes, en la cual el páncreas produce muy poca o ninguna insulina, por lo que, para su tratamiento, deben inyectarse periódicamente, una o varias veces al día, esta sustancia. Se cree que la diabetes insulinodependiente se produce por un problema de autoinmunidad, que destruye o daña de forma permanente las células que fabrican la insulina. El organismo de estos pacientes se encuentra imposibilitado para absorber la glucosa de la sangre debido a la falta de insulina, por lo que las células consiguen su energía quemando grasas, que no pueden aprovecharse bien sin la glucosa, y producen gran cantidad de ácido en la sangre.
SÍNTOMAS.
La manifestación más común de la diabetes, cualquiera que sea su tipo, es la excesiva pérdida de líquido durante la orina, lo que suele provocar sed permanente en la persona que la padece. Esto se debe a que el exceso de glucosa en la sangre se elimina por la orina, para lo cual debe aumentarse el volumen de orina. Los microbios se multiplican en la orina azucarada y pueden ser causa de procesos infecciosos en el tracto urinario, como cistitis, balanitis y prurito vulvar.
La deficiencia de glucosa en las células del organismo produce un gran cansancio, debilidad y apatía. Otros síntomas posibles son la pérdida de peso, sobre todo en los diabéticos insulinodependientes, hormigueo en las manos y en los pies, calambres en las piernas, poca resistencia a las infecciones, visión borrosa debido al exceso de glucosa en el líquido ocular, impotencia en los hombres y amenorrea en las mujeres. Los diabéticos insulinodependientes perciben los síntomas en semanas o en meses, al contrario de los insulinoindependientes, en los que se pueden manifestar pasados varios años después de la declaración de la enfermedad.
COMPLICACIONES.
Aunque hace años la diabetes era una enfermedad mortal, los avances científicos han logrado que deje de serlo, si bien se deben tener en cuenta los riesgos que representa. Los diabéticos insulinodependientes pueden sufrir un coma hiperglucémico, que puede ocurrir antes de que se inicie el tratamiento o después de alguna infección, como la gripe, y cuyos síntomas son la somnolencia, acompañada de micción incesante e intensa sed, e incluso pérdidas periódicas del conocimiento. Este proceso se desencadena debido a que el organismo utiliza las grasas como sustituto de la glucosa, lo que origina la formación de ácidos y productos de desecho, denominados cuerpos cetónicos. Con un tratamiento clínico inmediato, el paciente en coma se recupera por completo.
Otras complicaciones de la diabetes se producen escasas veces, y casi siempre en un período entre 15 y 20 años después de la aparición de la enfermedad. Pueden aparecer dolencias, como consecuencia de la diabetes, que afectan la visión, los nervios o los riñones, e incluyen la retinopatía diabética, la neuropatía periférica y la insuficiencia renal crónica. Además, los diabéticos corren un riesgo, más alto que el resto de personas, de padecer arteriosclerosis, con el peligro consiguiente de apoplejía, ataques cardíacos e hipertensión arterial. Los vasos sanguíneos que van a las piernas se estrechan, y esto provoca calambres, pies fríos, dolor al andar e incluso úlceras o gangrena seca. Aunque los diabéticos deben estar informados sobre su higiene personal, cabe señalar que para evitar que las heridas o los cortes produzcan gangrena debe evitarse cortar en demasía las uñas, los zapatos deben ser cómodos, y los callos o las uñas de los dedos de los pies que crecen hacia dentro han de ser tratados por un podólogo. Asimismo, si alguna herida no cicatriza en el término de diez días, es conveniente consultar a un médico.
TRATAMIENTO.
Debido a que la diabetes no tiene cura, el enfermo deberá seguir un tratamiento a lo largo de su vida, que se administrará por sí mismo. Por esta razón, la efectividad del tratamiento depende de cada diabético.
Diabetes insulinoindependiente.
Esta forma de la enfermedad sólo puede combatirse mediante la dieta en un tercio de los casos, si bien a todos los afectados se les recomienda practicar ejercicios moderados y de forma regular. En los casos leves, en particular aquellas personas que pueden bajar de peso, la disminución en el consumo de aquellos alimentos que son ricos en azúcares puede ser suficiente para normalizar el nivel de la glucosa en la sangre. Si la dieta no alcanzara para equilibrar la relación sanguínea entre la glucosa y la insulina, es probable que el médico prescriba acompañarla con tabletas hipoglucemiantes, que disminuyen la glucosa circulante. Pero si el tratamiento basado en la dieta no fuera suficiente, se recurrirá a las inyecciones periódicas de insulina.
Diabetes insulinodependiente.
Para tratar este tipo de diabetes, además de una dieta específica, se prescriben las inyecciones periódicas de insulina. Cabe señalar que la insulina con que se trata a los enfermos se extrae del páncreas de los bueyes o de los cerdos, o bien se sintetiza siguiendo un proceso de ingeniería genética. Además, la única manera de administrar insulina es mediante inyecciones, ya que la tomada por vía oral es destruida por los jugos digestivos antes de que pueda ser absorbida por la sangre. Todos los pacientes, incluso los niños a partir de los 10 años, deben asumir la responsabilidad de inyectarse a sí mismos una o varias dosis por día de esta sustancia.
De todas maneras, las técnicas de administración de insulina se están perfeccionando; así, el peninyector (pluma), consiste en un cartucho de insulina, situado en el interior de un estuche semejante a un bolígrafo. La bomba de inyección se adhiere al cuerpo mediante un cinturón, y está formada por un catéter insertado bajo la piel del abdomen, junto con una pequeña bomba de infusión, del tamaño de un paquete de tabaco. Además, para mantener estabilizado el aporte de glucosa a la sangre, debe observarse de forma estricta el horario de comidas indicado por el médico. Para comprobar la efectividad del tratamiento deben realizarse diferentes pruebas, en algunos casos varias veces por día, para medir la cantidad de glucosa en la corriente sanguínea, mediante tiras reactivas o analizadores electrónicos de glucemia, de pequeño tamaño y muy manejables.
HIPOGLUCEMIA.
La hipoglucemia es la existencia de un bajo nivel de azúcar en la sangre; o sea, que se presenta la situación inversa de la hiperglucemia. Esta dolencia es característica de los enfermos de diabetes mellitus, que se arriesgan a padecerla cuando se administran un exceso de insulina, no mantienen los horarios prescritos para las comidas o practican ejercicios físicos violentos o prolongados.
Los síntomas son malestar, seguido de sudoración abundante; también pueden presentarse mareos, debilidad, temblores, inestabilidad, hambre, dolor de cabeza, visión borrosa, hormigueos en los labios o en las manos, e incluso pérdida del conocimiento. Ante estos síntomas se debe ingerir azúcar, dulces o tabletas de glucosa, que equilibran de forma rápida la proporción sanguínea. De todas maneras, es conveniente consultar a un médico tanto si la crisis de hipoglucemia se prolonga como una vez superada.
El Avi65- El astrologo de la pirámide
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Inscrito : 06/05/2010
Re: Diabetes;síntomas, causas y tratamiento
la conozco bien he convivido en mi casa muchos años con ella,con mi abuelo y al fina curiosamente murio de una falta de azucar en sangre despues de tantos años medicandose
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